viernes, 21 de febrero de 2020

EN TERRENO VEDADO (BROKEBACK MOUNTAIN)

Dir.: Ang Lee
2005
134 min.

Película de temática gay. Entre dos pastores en las montañas de Wyoming. Sin conocer nada más del argumento de la película, ya suponía que la historia sería trágica. Todas las películas de este estilo tienen una tendencia a evitar que la historia se desarrolle con cierta naturalidad. Es como si la represión de la sociedad no fuera suficiente para generar una buena historia y un creados de historias, posiblemente heterosexual, quisiera darle más trama.

La película es larga y se desarrolla a lo largo de 20 años. La historia sigue la típica estructura de mostrar una situación idílica durante los primeros 25 minutos y después contar la imposibilidad de volver a ese estado. Es una película que acaba mal. Este mal final dura 100 minutos. El primer idilio resulta un poco forzado. Para darle un cierto atractivo extraño a los protagonistas son tipos duros, con traumas con sus familias. Tienen una especie de derrotismo muy poco verosímil para su corta edad. Además hacen ruidos constantemente con la garganta como casi sexagenarios.

Pasan muchas cosas y todas ellas muy rápido. Las escenas son cortísimas. Lo cual es lógico cuando se quiere contar tantas de ellas. Este ritmo picado lleva consigo una poquísima implicación de la cámara en lo que se narra. Todo resulta distante y es muy raro que una escena consiga toda la carga emocional que pretende. Pasada alrededor de media hora, la mujer de Ennis (Ledger) descubre la relación extramatrimonial de su marido y hace un drama de ello. No tanto por la infidelidad sino porque sea con un hombre. Son los años 60, es una reacción lógica. Sin embargo, la película ha normalizado tanto la relación que nos sorprende que en el universo que retrata la película pueda haber alguien a quien la homosexualidad le parezca mal.

La falta de implicación de la película tiene su más catastrófica consecuencia en la escena de la muerte de Jack. Su muerte se narra en muy poco tiempo. Tanto Ennis como la viuda lloran. Han empezado a llorar en apenas un par de minutos. No es necesario que todas las tragedias en el cine se narren como el final de “Paris, Texas”, pero el tiempo y el reposo son recursos que están al alcance de cualquier narrador.

El personaje de Ennis da un poco de tirria. Está igual de enamorado de Jack pero tiene muchas más reticencias que él. Esto nos deja momentos lamentables como cuando les despiden y él se enfada por no ver a su amado. Sin embargo camufla este dolor diciendo que se enfada por perder su trabajo. Es ridículo. No digo ridícula su reacción, sino la ingenuidad de Jack. A lo largo de toda la peli, este personaje se comporta como un capullo y todas sus decisiones se justifican con lo enamoradísimo que está. En particular trata a su mujer de forma lamentable. En este sentido, la película la trata como un objeto. Nunca son importantes sus sentimientos, ella no es más que un saco de boxeo para Ennis.

Ennis y otro personaje secundario son homosexuales, pero lo son en una suerte de misoginia. El “irse a pescar” de los dos protagonistas no es más que el deseo de los hombres americanos que vemos en los realities de tener “una guarida” en el sótano de su casa.


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