viernes, 15 de octubre de 2021

EL VALLE DE GWANGI

Dir.: Jim O'Connolly
1969
96 min.

Le debe todo a “King Kong”. Primero por el argumento. Pero más importante, es evidente que la vocación de esta película es explotar las peleas de dinosaurios que se insinuaban en aquélla. Por último la técnica del stop-motion coincide en ambas obras.

La película tiene fallos por todas partes. Todo en lo que se puede sostener es en la artesanía de las animaciones. Pero en realidad la película en su argumento está volcada en Gwangi, el tiranosaurio. Aparecen otros animales, pero él es quien más minutos se lleva. A todas luces demasiados. En este sentido terminamos muy hartos de él.

Quizás la criatura más interesante sea el caballo diminuto. La marioneta es fea a más no poder. La cara se parece infinitamente más a un capibara que a un caballo. El movimiento está bastante bien conseguido y nos proporciona los primeros ejemplos de uno de los errores técnicos más frecuentes de la película: los cambios de escala aberrantes. A esta marioneta le ocurre también que el pelaje, absurdamente largo para un caballo, vibra con cada fotograma.

Como digo toda la película es una excusa para mostrar al tiranosaurio, ya sea luchando contra un triceratops, un pterodáctilo, personas o un elefante. Se dibuja a un ser tan violento que uno se pregunta cómo aún existen otros dinosaurios en la Ciudad Encantada. Las luchas entre humanos y Gwangi son muchas y larguísimas. En particular hay un momento en el que hasta 4 personas intentan atarle con lazos. El momento cumbre de esta escena y el que nos hace agradecer haberla visto es cuando el dinosaurio se quita las cuerdas con sus diminutas manos.

Más interesante, pero igualmente eterna, es la pelea con el pterodáctilo. Un tipo intenta partirle el cuello. Aquí se alternan planos lejanos con stop motion y planos cercanos donde los extremos de las alas no entran en el cuadro. Evidentemente hay operarios que las están moviendo para hacer la impresión de que lucha. Como esta pelea llega bastante pronto, la disfrutamos mucho: aun no nos hemos cansado de ellas.

El único personaje realmente positivo es T.J., la heroína. El chico, que será quien termine con el dinosaurio, es malo. Nos cuentan su historia sólo para justificar que sea él quien se lleve la gloria por acabar con la bestia provocando un incendio en la Catedral de Cuenca. Pero vaya, no nos interesa nunca nada de lo que nos cuenta.

La chica protagonista está muy atractiva con ese pantalón ceñidísimo a su cintura. Los títulos de crédito están diseñados por Saura y lucen como tales.


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