viernes, 17 de diciembre de 2021

UNA CHICA VUELVE A CASA SOLA DE NOCHE

Dir.: Ana Lily Amirpour
2014
100 min.

Sus créditos iniciales y el formato excesivamente apaisado pretenden que la consideremos un western. Es cierto que podemos forzar la figura de justiciero, pero sería muy forzado.

Otra apuesta muy fuerte es el título. Es un tópico que siembra la imagen de calles peligrosas y que nos hacen esperar una violación. Bien, la directora se ha reído de nosotros y la chica protagonista que vaga por las calles de esa ciudad iraní es lo más peligroso que vemos en la película. El pulso que nos ha propuesto el título aumenta cuando vemos al protagonista después de haber consumido alguna droga en forma de pastilla volver a su casa de noche. Alucinando con una farola. Dándonos un plano muy potente. La vampiresa va en un monopatín recién robado. Él está disfrazado de Drácula. El conjunto es maravilloso. Ella, que mata a su antojo, se apiada de él. Aquí es donde la película planta su mayor provocación: cuando en una situación inversa todos habíamos imaginado una violación, si es la chica la que se encuentra al chico drogado, se lo lleva a su casa y lo cuida.

En cuanto a la forma tenemos los tópicos del cine independiente americano. Una imagen limpia. Un blanco y negro con mucho contraste. Por suerte su iluminación es más blanda que en la terrible “Nebraska”. La imagen digital, sin embargo, pasa apuros en las grandes masas grises. En general tenemos gran profundidad de campo. Se hacen algunos juegos que resultan manidos incluso para 2014. Me refiero a algunas cámaras lentas, a algunos ojos de pez, claramente tomados de “Réquiem por un sueño” para la drogadicción del padre.

Lo más potente de la película es su minimalismo. El gusto por la figura. Así el velo de la chica protagonista simplifica enormemente su figura. Sólo dejando ver su cara y su camiseta a rayas. Si no estoy mal enterado, la película se desarrolla después de la revolución iraní. Por lo tanto los dogmas islámicos acerca de la vestimenta ya estaban vigentes. Este tratamiento de la figura no se le aplica a ella. A él también se le ilumina muy convenientemente para mostrar sus facciones faciales.

Musicalmente se usa mucha música popular iraní, que no tradicional, con sorprendentes concomitancias con la música electrónica más occidental.

La poca información que se nos da acerca de la protagonista lejos de hacerla interesante, como pretende la película, nos aleja de ella. Así tenemos planos donde ella evita contestar a cualquier pregunta que se la hagan y en vez de atractivos resultan molestos. Sí tiene un cierre muy bonito donde él entiende que ella ha matado a su padre, lo acepta y el coche se pierde en la noche.


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