jueves, 7 de diciembre de 2023

GOAT STORY

Dir.: Jan Tománek
2008
80 min.

Lo peor que tiene es su trama. Los primeros minutos son divertidos. Ocurren cosas bastante descacharrantes. Creo que una película suficientemente corta se habría sostenido con este tono. Sin embargo, empiezan a aparecer unos conflictos que tampoco terminamos de entender y que no nos interesan demasiado. Un pacto con el diablo, el escultor que debe hacer las veces de relojero… Todo esto ocupa mucho tiempo y la película lo narra seriamente.

Hay pequeños elementos durante casi todo el metraje que siguen recordando el carácter punk de la película. Como el soez niño encargado de decirnos cuántos días quedan para la inauguración del reloj. También el ser que es una bola peluda con patas y ojos. Admiro que la película use este bicho sin intención de explicarnos nada y sin que aporte nada a la trama.

Toda la estética de la película es fea. La impresión general es que la luz es terrible. Como de una animación por ordenador muy antigua. Claro, llama la atención ver animación pobre viniendo de República Checa dada su tradición en el cine de animación. Sin embargo, sí se ve una clara decisión de diseño en los edificios deformados como en “El gabinete del Doctor Caligari”. También en los personajes. Narices grandes, cabezas desproporcionadas, un cura con una cara que recuerda a un escroto… Ello por no mencionar a Katy.

Katy es sin duda la apuesta fuerte de la película. La idea de introducir en una película, a priori, infantil un personaje con unos pechos tan desmesurados. En general toda ella es voluptuosa; aunque no es el único personaje femenino de grandes pechos. Sus pechos no son accidentales ya que de ellos extrae los clavos que son parte fundamental en la trama. Lo que resulta delirante y divertido es cuando de su escote extrae una lechuga del mismo tamaño que sus senos.

Con respecto a la cabra es un personaje muy extraño. Tiene unas ubres con una cinemática algo incómoda. Como también resulta incómoda la manera en la que comparte lecho con el hombre protagonista. La cabra tiene conversaciones como si fuera un personaje humano, pero a la vez sirve al hombre como si fuera su animal, pero también siente celos como si fuera su pareja sentimental… Raro e incómodo.


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