viernes, 21 de junio de 2019

DOS O TRES COSAS QUE YO SÉ DE ELLA

Dir.: Jean-Luc Godard
1967
95 min.

Los títulos de crédito ya anuncian una estética anticuada. No se va a perder durante toda la película pero no es tan acusada como en el cine de Almodóvar. Lo que más molesta de esta estética es la fotografía en exteriores, en general colores azulados pero los blancos muy quemados. Muy parecido a lo que ocurría en Tatí.

La peli tiene una temática muy temporal. La guerra de Vietnam y el capitalismo son sus dos principales focos de ataque. Esto es interesante porque no hay muchas películas que lleven el intelectualismo de Sartre y Herman Hesse a imágenes. Por supuesto no he visto ninguna antes que ataque la sociedad capitalista de esta forma. Además hay referencias al límite del lenguaje al estilo de Wittgenstein.

Hay una escena bastante larga en una cafetería donde conversa un escritor comunista con una estudiante que conoce su obra. Él se dedica desmitificarse y es divertido ver el aire de intelectualidad que ha tenido la filosofía siempre. Además aquí es más llamativo porque aún no nos parecía mal que un hombre adulto embelese tan descaradamente a una estudiante admiradora.

Lo cierto es que la fórmula es muy atractiva. Una historia de víctima del capitalismo contada en primera persona cuando hace falta, susurros de un narrador con imágenes sugerentes, testimonios de personajes a los que no volvemos a ver explicando su miseria… Las reflexiones filosóficas no están mal aunque un poco anticuadas también. Ahora no son esos asuntos los que nos preocupan.

La crítica que le hago es la de siempre: falta narrativa. Supongo que no hay otra forma de reflexionar si no es quitando las cosas que pasan pero para mí eso es imprescindible.

Formalmente hay cosas curiosas como los primeros planos que recortan barbilla o frente. Es llamativo que a pesar de que el zoom es mayor que los primerísimos planos de Lynch, no se produce ese sentimiento invasivo de las caras de él. Además cuando el narrador empieza a reflexionar quita cualquier otro sonido ambiental. Esto contrasta con los sonidos de una ciudad en obras. Hay planos que se repiten para mostrar que el lenguaje no puede expresar todo… Si no hubiera sido tan aburrida habría estado bastante bien.


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