sábado, 15 de junio de 2019

FULL MONTY

Dir.: Peter Cattaneo
1997
83 min.

Con esta película me he sentido un poco traicionado. Se nos muestra su mejor cara durante la primera mitad. Nada que protestarle a su principio, premisa, presentación de personajes (la primera aparición de Steve Huison es magnífica), tono… Me enamoro absolutamente de lo que veo, me interesa la trama, los asuntos que trata. Pero en cierto momento la historia gana notas tragicómicas que no me interesan en absoluto.

Todo cuanto se nos muestra al principio grita con acento británico. Todo lo relacionado con la trama del protagonista con su exmujer parece escrito por productores estadounidenses que han decidido que se necesita una mayor implicación emocional por parte del espectador. Cuanto más se aleja la peli del tono británico, más fuera me siento.

El tema principal de la peli es la fragilidad masculina. Un asunto muy presente actualmente aunque con un enfoque muy distinto. La peli va de hombres cuya valía era llevar sustento a sus hogares y que se sienten fracasados al verse en paro. Es un recorrido hacia quererse a sí mismos de nuevo. Por eso cualquier plano que se base en su ridículo físico está muy fuera de lugar. De hecho hay muchas secuencias en la que esto está expresamente evitado. Sin embargo a veces llega el aire americano y nos muestran a alguien delgado, pálido y torpe como alguien de quien reírse. Es contrario al espíritu de la peli.

Es muy maravillosa la precisión en algunos gags, al principio, donde el chiste se está desarrollando en una esquinita de la pantalla, sin involucrar a los personajes que llevan el diálogo principal. Esto lo perdemos, por ejemplo, cuando dos hombres en tanga se cuelan por una ventana. Es gracioso que alguien tire cuanto hay en un aparador. No es gracioso que justo después de esto, diga ay.

El personaje del jefe está muy bien en algunas ocasiones y muy mal en otras. Curiosamente coincide con la dialéctica entre cine británico y americano. No es gracioso verle hacer cosas que no serían coherentes con su traje. Es gracioso verle hacer cosas que no son coherentes con su actitud de tipo serio. La pelea que tiene con el protagonista es muy correcta: él es un tipo que no estaría nunca en una pelea y cuando lo está se encuentra incómodo. Steve Carrel se habría puesto a gritar porque él cree que es gracioso un tipo con traje gritando.

En el mismo sentido, no entendemos por qué ocurre la escena con el protagonista y su hijo instantes antes de terminar la peli. Es evidente que va a actuar, no hay manera de que la peli acabe si no es con todos en el escenario. Pero hay un diálogo que se acerca peligrosamente a una mala película americana y que no nos gusta nada.

El ambiente del pueblo es maravilloso. Ese color ladrillo y ese acero industrial enmarcado en ese verde de Gran Bretaña. A esto ayuda un color quizás demasiado saturado pero nada fuera de lo común para ser los años 90. A cambio la imagen no tiene ningún ruido.

Hay que decir que para conseguir que el striptease final luzca, en la primera escena se evita con la cámara mostrar la actuación de los profesionales.


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