domingo, 19 de mayo de 2019

EL CONGRESO

Dir.: Ari Folman
2013
118 min.

Es una buena película aunque en muchos aspectos poco original. Parece bastante hermanada con “La llegada” o “Interstellar”. El asunto este de que el amor es lo único eterno y estos temas. Además hacen un poco de crítica social y del mundo del cine. A este último asunto hay que agradecer a la peli que la protagonista se interprete a sí misma (o por lo menos a un personaje que se llama igual que ella).

Después de 40 minutos de película hay una escena en la que dos personajes hacen una especie de confesión sobre su amistad de toda la vida. Sin embargo, aunque han aparecido bastante tiempo en pantalla, no tenemos una empatía hacia su relación y todo lo que a ellos les hace romper el llanto a nosotros nos resulta un poco indiferente.

Empieza la segunda parte de la peli con una prolepsis de 20 años. Cuando la sociedad ha entrado en una dinámica donde la gente huele sustancias químicas para crearse una realidad donde sean más felices que en la que les toca vivir. Como distopía no está mal. No es muy original pero, como las alucinaciones son dibujos animados, tiene aspecto novedoso. El problema está en la forma de plantearlo. Es el siguiente estadio a una sociedad que se olvida de los problemas gracias al cine. Y se plantea en una película. A mí me parece un poco orgulloso por su parte. Como si la propia película quisiera distinguirse de una comedia barata.

Hay bastantes trozos de la distopía que me interesan bastante poco. El dibujante que se hace amigo de la protagonista tiene un papel muy importante pero no se lo trata como tal. Hay revueltas que quieren acabar con el sistema establecido, pastillas que te hacen recobrar el sentido, mundo real de gente harapienta, un sector social que vive por encima del resto… Todos los tópicos del género distópico.

Es bastante bonito el primer momento en el que parece la animación. Cuando se usa de manera más estética e interesante.


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