sábado, 19 de octubre de 2019

TREN A BUSAN

Dir.: Yeon Sang-ho
2016
118 min.

Película de festivales de zombis. El género de zombis tiene una relación muy estrecha con el cine de autor. Parece que solo tratar este asunto ya da una dosis de prestigio mágico. Supongo que es un poco lo que le ocurre a esta peli. Como película de zombis no aporta nada nuevo. Como película de desastres tampoco. Como película de un padre que busca recuperar el amor de su hija, es una moñada.

Bueno, la fórmula es la de siempre. No hay sorpresas de ningún tipo. Se necesita un espacio pequeño para correr y sistemáticamente se va haciendo el espacio seguro más claustrofóbico. Una típica reflexión acerca de la sociedad individualista. Personajes arquetípicos, los malos son muy malos y no demasiado listos. Nuestro protagonista es muy parecido en sus decisiones al tipo que se nos presenta como más egoísta, pero por ser protagonista se le juzga con ligereza.

De hecho en este sentido nos cansamos un poco de la sucesión de escenas. El sistema es que cuando pensamos que alguien está a salvo descubre que no lo está y se salva o no. Este dilema se resuelve con una regla sencilla: ¿qué le conviene al guion? Por poner un ejemplo, el momento en la estación es tremendamente predecible. Es una escena que ocurre en la primera mitad de la peli, aún no ha aparecido demasiadas veces, pero aún así nos produce un hastío mortal.

El arco evolutivo del protagonista es previsible. Ni siquiera parte de unas decisiones tremendamente inmorales. Él es consciente de sus defectos como persona y tiene a todo el mundo a su alrededor diciéndole que cambie. La película no es un viaje introspectivo. Por supuesto al final decide sacrificarse porque será un infectado y quiere salvar a su hija. Opino que proteger la vida de tu hija no es una gran evolución.

El momento del suicidio final es muy efectivo pero muy facilón. Como debe abandonar la historia como un héroe explica a las dos mujeres indefensas cómo se frena una locomotora. Es un comentario completamente gratuito y egocéntrico por su parte. Para aumentar el drama, el padre descubre que su hija le quiere. Aunque solo sea porque está viendo el mundo arder, me parece lógico que una niña pequeña quiera estar con alguien conocido por muy mala que sea su relación. Pero no quiero que suene a que esta escena me ha disgustado. Aunque solo sea por la actuación desgarrada de la niña, vale la pena. Por si este llanto fuera poco, se apoya en una canción melodramática con lágrimas de litro y medio cada una que dan un final bastante redondo a la peli.

En general el acabado de la peli es bueno. Se notan mucho los parches con el CGI. El humo entre los escombros… Son asuntos que desmerecen un poco el género. Con lo precioso que es ver una maqueta arder, no pongas fuego de ordenador. Pero al menos cuando se usa es para producir imágenes potentes. Me refiero por supuesto al tren que avanza a toda velocidad mientras arde sin ningún motivo o al lastre de zombis que arrastra una locomotora. Las lluvias de zombis al romperse una ventana también son divertidas…

La película comete un pecado terrible en este género que es faltar a la coherencia interna. Los infectados tienen un proceso de transformación enormemente dispar. Así como la velocidad a la que son capaces de moverse. También chirría un poco que no sean capaces de abrir puertas pero encuentren un asidero perfecto para frenar una locomotora.


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