viernes, 19 de abril de 2024

IDIOTAS Y ÁNGELES

Dir.: Bill Plympton
2008
78 min.

Esencialmente es una película de superhéroes. Se dan los conflictos típicos de estas tramas. Tenemos al protagonista que no quiere tener sus poderes, la gente que quiere aprovecharse de él, el villano que termina siendo poderoso por culpa del protagonista… Los poderes que se nos presentan son los de volar; volar con alas. De forma que esto nos da ángeles. El asunto de la película es que los seres que van a adquirirlas son profundamente malos.

Estos son los elementos con los que juega la película y lo cierto es que se sale muy poco de ellos. Casi resulta más interesante la primera secuencia, cuando se narra la vida monótona del protagonista. Es un hombre que madruga todos los días, se viste de traje, tiene una mañana de la gente que espera ir a una oficina, sin embargo lo que vemos es que se pasa el día en la barra de un bar. Un bar decadente donde sólo está el dueño, su esposa y una stripper gordísima. Descubrimos un tiempo después que es traficante de armas y pasa los días en ese bar esperando a clientes.

La película es la más narrativa de todo lo que he visto de Bill Plympton. Esto les supone un problema porque él no es un gran dibujante. En particular cuando arranca la acción las proporciones corporales se pierden enormemente. Vemos brazos finísimos con demasiada frecuencia. Esto en “Alienígenas mutantes” no era un problema. Cuando la escena se volvía dinámica se hacía un plano general y el dibujo se volvía poco preciso. En esta película estamos casi siempre en interiores. Los planos generales no pueden ser tales.

Otra gran carencia del dibujo se nota en dos elementos muy presentes durante toda la película: el humo y el fuego. Aparecen como masas informes demasiado sólidas como para que resulten creíbles. Sí hay que reconocerle que es un virtuoso al romper la perspectiva y en esta película ocurre todo el rato, por ejemplo hay un plano tomado desde el interior de un cenicero. Las vueltas que da la cámara cuando se nos muestra su rutina en el baño es de reconocer.

La historia es tremendamente naíf. En particular el romance entre la mujer, que tiene el matrimonio como una justificación de su maltrato, y el protagonista. Recordemos que el protagonista la ha tratado de violar. Por otro lado lo único que hace que se enamore de él es la bondad intrínseca a las alas que le salva de su marido. El final de película se plantea como feliz, pero realmente no ha habido un cambio en la vida del protagonista. Pierde las alas, no ha adquirido ninguna enseñanza que nos haga suponer que va a cambiar de vida. Ni siquiera sabemos si continuará con el tráfico de armas.

Sí resulta muy interesante el juego con los pájaros. Uno pensaría que las alas lo acercan a ser un ángel, pero la película parece más interesada en el mundo aviar. Hay un momento en el bar en el que sus alas crecen tras habérselas cortado. El hielo de su vaso se eleva, el vaso brilla. Al mirar el vaso ve la cara de un pájaro, que sale del vaso y le crecen unos brazos. Es un momento que no nos esperamos y que queda sin ninguna relación con nada más. Me ha gustado mucho.

Al ser una película sin diálogos la música adquiere mucha importancia. Es curioso que al morir el protagonista se recurra a música eclesial. Aparece sin ninguna ironía.


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