viernes, 12 de abril de 2024

TAMBIÉN LOS ENANOS EMPEZARON PEQUEÑOS

Dir.: Werner Herzog
1970
96 min.

La acción se sitúa en un mundo de enanos. Pero los objetos son de tamaño normal. Así por ejemplo el protagonista tiene muchos problemas para subirse a una cama. Debe apilar revistas en el suelo. En principio en la cama le espera una chica. Mitad por su torpeza mitad por su timidez apila las revistas una a una para retrasar el encuentro con ella.

La banda sonora alterna ritmos africanos con cantos regionales canarios. Las voces de pito de los enanos completan el panorama sonoro de la película. En particular hay un personaje más bajito que todos los demás. Con la cabeza mucho más gorda de lo que esperaríamos. Con una camisa de apenas 4 botones metida por dentro del pantalón y abrochada hasta arriba. Recuerda por su aspecto a un típico personaje serio de Bill Plympton. Este hombre está continuamente arengando los destrozos de sus compañeros con Feste, feste. Que los subtítulos traducían por fuerte.

El argumento es una cárcel (todo el mundo que ha escrito acerca de esta película asume que es una cárcel, pero en realidad en la película lo llaman simplemente centro) en la que de forma excepcional sólo hay 7 presos y se rebelan contra el alcaide. Toda la película es una violencia suave pero injustificada. Por el caos que se forma resuena a Gaspar Noé. Se rompen platos, se mata a un cerdo, se queman flores, se lanzan gallinas, se crucifica a un mono… Ponen un coche a girar para lanzarle una máquina de escribir. Montan en moto. Después de haber puesto a todos sus personajes como seres miserables la película regala a su protagonista el poderoso plano de él en moto.

Es poco interesante a la vez que fascinante. No podemos dejar de mirar lo que ahí ocurre. Esperamos durante toda la película que todo aquello lleve a algún lado. Pero lo único que tenemos es al alcaide con un tipo atado a una silla. Este personaje nunca habla, sólo ríe.

En ese extraño lugar hay dos ciegos. No sabemos nada de ellos. Llevan unas gafas negras que cubren por completo los ojos. Nunca dicen ninguna palabra tampoco. Llevan paseando una tetera. Se entretienen jugando con una pelota. Alternativamente hacen sonar unos cacharros para que el otro los ubique y después lanzan una bola para intentar darles.

No es claro a cuánta gente afecta la acondroplasia. A todo el mundo, a sólo ese pueblo. ¿Quizás a esa prisión? En pantalla sólo vemos enanos. Sim embargo la película arranca con un interrogatorio a Alfred. Escuchamos dos voces fuera de plano. Una de ellas es evidentemente de un enano, pero la otra suena mucho más grave que cualquier otra voz de la película. ¿Quizás hay aquí un personaje de estatura normal?

La película está grabada es España. Así tenemos camellos propios de Canarias, un botijo y cuando vemos un cartel que indica cómo llegar a un pueblo, está en español.

Lo último que vemos es al alcaide gritando al tronco. Descubrimos en el último minuto que padece una severísima miopía. Este dato no cambia nada del argumento. Grita a un árbol creyendo que es una persona. Se encara con él porque piense que le están señalando, quizás por su enanismo. Él se declara en mejores condiciones de ganar ese duelo de señalamientos porque su brazo de enano pesa mucho menos que el del señalador.


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