domingo, 26 de mayo de 2019

CORAZÓN SALVAJE

Dir.: David Lynch
1990
125 min.

Protagonizada sorprendentemente bien por Nicolas Cage. Se trata de un personaje empeñado en demostrar su libertad personal. Está encerrado en sí mismo así que la total falta de expresividad del actor es idónea. Sin embargo, resulta realmente potente cuando acaba de matar a un hombre y está cubierto de sangre como un psicópata. Está absolutamente sobreactuado, lo cual es perfecto para el protagonista.

La pareja es fascinante. Sin ninguna preocupación como en un camino de Oz al que se referencia continuamente. En ocasiones de forma muy poco compacta con el resto de la película. El ejemplo más evidente es la última escena cuando se aparece la bruja buena. Sin embargo, el simbolismo de Lynch está bastante comedido. No puede evitar los primeros planos perturbadores de caras, francamente incómodos, pero por lo general podemos decir que ha contado una buena historia.

El hachazo al liberalismo es completamente descarado. Esa chaqueta de piel de serpiente, que no significa nada pero que le sirve a Cage para reafirmarse una y otra vez en la libertad ficticia que ha creado Estados Unidos. En el desierto es súper libre. No debe nada a nadie. Pero un día llega el embarazo de Lula: una boca que alimentar. Se hace padre de familia. Aquí se ve arrastrado por Willem Dafoe a un atraco. Él no tiene ningún interés en cometer este delito. Cuando el capitalismo aprieta no hay chaquetas de serpiente que valgan.

No acabo de entender el empeño que tiene Lynch por darnos secuencias desagradables de ver cuando el sufrimiento de los personajes ya es patente. Las encías de Willem Dafoe es el broche perfecto para una escena sórdida, con la cámara mucho más cerca de lo que nos gustaría pero que consigue sumergirnos sin remedio. Pero a cambio nos da planos magníficos como Lula saltando en la cama, la pareja dando patadas al aire o un asesino que aparece detrás de una moneda. La película está llena de estos planos no todos muy llamativos durante el visionado pero que, por algún motivo, se graban a fuego en nuestras retinas.

Muy tierno el personaje continua víctima de Harry Dean. El sonido del cuero y de la famosa chaqueta dota a las escenas de cierto ambiente crudo en el que a nadie le gustaría estar. La música de Wicked Game consigue que salgas de la película con un recuerdo muy entrañable.


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