viernes, 4 de noviembre de 2022

MEN

Dir.: Alex Garland
2022
100 min.

En la línea de “Última noche en el Soho”, con toda la violencia de nuestro terror contemporáneo. Ese descaro con el que la película muestra el elemento terrorífico sin que ella se inmute. Y por supuesto tenemos esa manera de mostrar los actos violentísimos con todo lujo de detalles y con plano estático. Hablo del momento en el que un cuchillo abre por la mitad la mano de la amenaza. Tras este momento (al estilo de “Hereditary” o la nariz amputada del soldado en “El hombre del Norte”) se preocupará de que el personaje herido lleve su grotesca herida con naturalidad.

La condena al género masculino es total. Se apoya en la idea del patriarcado como sistema en el que todos los hombres permiten que se den las agresiones. Como no podía ser de otro modo, el hombre rural se llevará su condena por su poco empática naturalidad. Se preocupa la película de que ningún hombre nos pueda resultar ni por asomo atractivo. En particular nos muestra a un niño a quien veremos por primera vez con careta, como ocurriera en “El hombre de mimbre”. Para que este niño no nos pueda despertar ternura tiene una cara extrañísima de ver. Demasiado grande para las proporciones de un cuerpo adulto, pero con un afeitado inusual para un niño.

La mayoría de las respuestas que dan los personajes son tremendamente predecibles. La intención es condenar todas las actitudes como partícipes de la amenaza. Pero así tenemos a policías hombres que dicen que un hombre desnudo delante de una mujer no es acoso, un hombre que dice que las mujeres tengan cuidado con lo que tiran al váter, un cura que culpa a la mujer del suicidio de su abusador, un abusador que pretende convencer a la mujer de que él es la víctima tras el divorcio, un chiste acerca de que una mujer comiendo una manzana está tomando la fruta prohibida… El problema es que desde que se empieza cualquier conversación vemos venir estas frases.

Aunque manido, me gusta cómo está expresado el mensaje total de la película. Así los hombres engendran a otros hombres. En unos partos que bien podrían pertenecer a “Titane”. Actos poco peligrosos pueden derivar en hombres más peligrosos para la protagonista. Lo único que la puede salvar es su amiga. Es cierto que la protagonista se salva a ella misma, cualquier otra cosa la colocaría en el lugar de una damisela en apuros. Pero hasta que no llega su amiga, por supuesto embarazada, pues de ella puede nacer algo hermoso; no la vemos sonreír.

Me gusta la puesta en escena de la escena del maltrato. Esa luz rojísima procedente del Támesis. Me gusta mucho más que las otras escenas en las que se juega con la oscuridad del jardín. Hay algunos planos del manzano que parecen sacados de los primeros momentos de “Lo que arde”. Me gustan las paredes rojas de la casa.


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