viernes, 3 de abril de 2020

EL VIAJE A NINGUNA PARTE

Dir.: Fernando Fernán Gómez
1986
134 min.

¡Qué sorprendente ver algo así en el cine español! Una película en forma de biopic. Nadie espararía de Fernando Fernán Gómez esta forma de innovar. Él que es estandarte de un tipo de interpretación en el cine muy heredada del teatro no nos imaginaríamos que haga estas cosas en el cine. Es cierto que la mayoría de los elementos que nos sorprenden son relativos al guión.

Se nos presenta a un soberbio y José Sacristán. Un hombre mayor relata cómo ha sido su vida. Empezó siendo un actor de comedia que se paseaba por los pueblos y llegó a tratar con las mayores estrellas de cine de España y del extranjero. Este hombre mayor no se parece en absoluto al José Sacristán que conocemos en la actualidad. Esto nos provoca una disonancia muy grande y mucho rato de la película nos cuesta asociar lo que vemos en pantalla con el actor consagrado que conocemos. Sacristán es tremendo. Hace bien todas sus escenas. Nos lo creemos todo el rato. Es cierto que el actual Sacristán tiene unos ciertos dejes parecidos a los que podemos ver a Fernán Gómez en esta película. Pero la agilidad que le da la juventud da un espectáculo resplandeciente.

A su lado tiene a Fernán Gómez que siempre da gusto verlo aunque no siempre sea lo más creíble posible. Es grande su personaje. No puede evitar que la cámara lo mire. El momento en el que trabaja por primera vez en una película en un papel de una frase es casi una parodia de sí mismo. Esa forma de gritar “señorito” como si estuviera declamando una gran obra en un teatro de aforo inmenso me hace muy feliz. A este momento le sucede una actuación de un director de cine embravecido que le echa a voces del set de rodaje soltando una frase magnífica: “me cago en el padre de los hermanos Lumier” mientras lanza una silla al aire. Esta misma frase la repetirá el propio Fernán Gómez con una voz de mucha más presencia. Probablemente lo que más repite en toda la película sea el insulto para el tipo que programa películas en los pueblos dejándolos a ellos sin público: “peliculero”. La fama de persona con mal genio se la ganó a pulso.

Hay un elemento de esta película cuya mención es inevitable: Gabino Diego. Lo de este personaje es alucinante. Ridículo hasta la saciedad. Ocurre que cuando se habla con un acento distinto al propio es más fácil creerse una interpretación. Gabino se presenta hablando gallego y con aspecto de imbécil, desgarbado, boca abierta, chepudo... No descarto que el gallego haya sido el acento elegido para colaborar en esta imagen. Es un personaje tan tonto que no nos lo llegamos a creer nunca. El único momento en el que luce es cuando sale por primera vez al escenario y habla susurrando porque así es como ha hecho todos los ensayos. Con Gabino Diego ni siquiera funciona el momento en el que la prima de Carlos Galván, interpretada por Nuria Gallardo, hace el juego erótico con él.

El usurero hace un gran papel. Además la escena en su casa hablando con los de la compañía teatral es genial. Estas personas extrayendo todo el dinero que pueden. El guión con 8 páginas y 16 bailes en toda la función… Es una maravilla.

El miembro de la compañía que es alcohólico y sólo sabe hablar como si recitara. Con unas frases absurdamente largas y convenciendo a todo el mundo de lo que quiera. Exmiembro de la división azul y trabajando en rusia de cómico… La mujer de la pensión que seduce a Galván…

Uno de los problemas de las películas con argumentos tan largos es que deben hacer muchas cosas y es difícil que todas ellas resulten de interés. Pero esta película está escrita con mucho ingenio. Todo lo que ocurre funciona.

Me deja un poco descolocado el juego de personajes famosos. Se mencionan a nombres famosísimos y a otros no tanto. Ocurre que el protagonista hace una obra de teatro en la que habla como un gangoso y aparece un actor al que le encanta esta imitación. Este actor tiene un nombre que no recuerdo pero el tipo que lo interpreta tiene un gran parecido físico a Arévalo y, de hecho, hay un momento en el que sale él en pantalla y detrás aparece un cartel el que pone “Arévalo”. Es algo curioso cuando menos.


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