viernes, 3 de julio de 2020

EL CASTILLO AMBULANTE

Dir.: Hayao Miyazaki
2004
119 min.

No había visto la película desde niño, cuando recuerdo que me gustó. No recordaba casi nada de ella. Recuerdo que me encantaba el movimiento del castillo y el juego de puertas.

Tardo un poco en acostumbrarme a la falta de fotogramas del cine japonés.

La historia es poco directa. Se dedica a viajar por sitios de donde traerá nuevos personajes. Por ejemplo la bruja mala del principio deja de existir a mitad de la peli y se convierte en una anciana muy cómica. Haciendo que toda la trama de la bruja no tenga importancia para la peli. También ocurre que se cambia de estética varias veces el castillo sin que eso lleve a ningún sitio.

Los mensajes son bastante claros, el perdón y el pacifismo como principales. También está ese momento taoísta en el que para avanzar, necesitan destrozar la mitad del castillo y quedarse con una máquina andante mucho más ligera. El final de la peli supongo que es bastante ingenuo cuando de repente todo el mundo comprende que la guerra está mal gracias a un espantapájaros. Todo hay que decirlo, es el personaje con la estética que más me gusta de la peli.

El papel del mago no tiene la dicotomía que se asegura. No hay ningún motivo para que Sophie se asuste de él. Vale que se transforme en pájaro, pero es un mundo donde la magia existe y no le sorprende demasiado que alguien sea capaz de volar.

Son muy llamativos, aunque algo escasos, los artilugios volantes y que tienen engranajes dentados y echan humo. También los planos llenísimos de gente y cosas. Por ejemplo las plazas del pueblo o el mismo palacio. La primera escena cuando entra al castillo produce un agobio enorme por la cantidad de cosas que hay por ahí tiradas.

Termina la película con un poco de incertidumbre de por qué a ratos la protagonista, Sophie, es joven y otros ratos es vieja de nuevo.


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