domingo, 9 de junio de 2019

CONFESSIONS

Dir.: Tetsuya Nakashima
2010
106 min.

Película de cómo el ego de un chaval puede destrozar la vida a tantas personas inocentes. Es difícil valorar las interpretaciones debido a que soy desconocedor la sociedad japonesa, pero digamos que son bastante poderosas. La maestra hierática en esa primera clase es genial.

La fotografía se divide en dos muy diferenciadas, aquellas escenas dedicadas al tiempo presente, sombría y muy gris y después las analepsis tan amarillas. También predomina la cámara lenta dejando algunos planos más afortunados que otros. La gente que corre a cámara lenta no es nada estético. Recuerda a la cámara lenta usada en el anime japonés. Muy recurrentes los planos de nubes. El cielo azul que se ve a través de las nubes y el sol reflejadas en ellas, combinados con la fotografía son muy poéticos. Incluso el plano que puede resultar vacío del niño atrapando una mariposa no parece fuera de lugar.

Por otro lado, geniales los giros de guion con constantes sorpresas siempre haciendo más tétrica la historia. La forma de rodar la violencia. Muy sangrienta pero poco explícita completamente efectista hasta convertir todo en un caos absoluto. Al fin y al cabo, no es lo importante quién muera o cómo ocurra, simplemente el entorno del protagonista se tiene que desmoronar.

La película está en gran parte narrada. Esto no hace que la, quizá excesiva, verbalización sea muy evidente. Además, como los saltos temporales, son continuos no llama la atención cuándo son para explicar algo de la trama o simplemente está ahí estéticamente.

Puede que la banda sonora deba tener alguna continuidad. Son músicas cortas e inconexas que al final no te proporciona nada sonoro a lo que aferrarse.

Es mi segundo visionado y, de nuevo, maravillosa.


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