viernes, 15 de noviembre de 2019

EL RESPLANDOR

Dir.: Stanley Kubrick
1980
146 min.

Es una película de la que se han dicho muchas cosas y con muchísimas imágenes famosas. En cierta medida esto la mata un poco, pero Kubrick es lo suficientemente bueno para sobrevivir. La primera vez que tenemos esta sensación es con la imagen de las niñas. Sin embargo aparecen tan de improviso que no pierden su efecto. Es más, aparecen casi como una estrella invitada.

De la peli se ha dicho muchas veces que es claustrofóbica. Sin embargo todo el hotel es enorme. Salvo el momento en el que Wendy intenta salir por la diminuta ventana del baño, hay pocos momentos donde haya claustrofobia. Aprovecho ahora para decir que la forma en la que escapa Danny bajando por la nieve como si fuera un tobogán es ridícula y rompe un poco la atmósfera. Por supuesto la película carga los espacios para que tampoco parezca que están corriendo por el campo. Por ejemplo el hall está lleno de mesas y sillas. De igual modo con el bar fantasma.

La distribución del espacio en el despacho de Jack es muy interesante. La mesa donde trabaja hace las veces de escritorio pero tiene el tamaño de una mesa de comedor. Hay los elementos de un escritorio demasiado apretados para una mesa tan grande, una lámpara con mampara absurdamente grande, una única silla donde debiera haber por lo menos quince. La habitación es enorme y aun así juega con la pelota como si estuviera en la celda de “La gran evasión”. Como digo la palabra no es claustrofobia pero sí hay un dominio muy virtuoso del espacio.

La mítica persecución con el hacha dentro de la casa sorprende porque resulta que no hay persecución. No corre por los pasillos como yo pensaba. Simplemente escuchamos el primer golpe de hacha contra la puerta de la habitación y después contra la del baño. Lo que hace enorme a esta escena es la cara de absoluto terror de Wendy. Por el contrario Jack no está mucho más memorable que en sus otros momentos de locura. Incluso es más interesante verlo persiguiendo a Danny por el laberinto con los ojos pequeños y blanquísimos. Pero para mi gusto esta escena dura demasiado.

Me gustan muchísimo más los primeros momentos de delirio donde cualquier cosa puede pasar. Esa conversación con el camarero es brutal. Un camarero a contraluz. Lo suficiente para que recorte bien su silueta pero bien iluminado para no perder ni una sombra de sus facciones cadavéricas.

Hay elementos memorables por toda la peli. Las alfombras con los hexágonos, el ruido del triciclo, el niño diciendo en un desdoblamiento de la personalidad murder al revés, la maqueta del laberinto, los planos desde abajo en la puerta de la despensa… La música que nos muestra la concentración de Jack mientras escribe es atronadora y caótica, vemos aparecer a Wendy en el despacho y se acerca a él mientras cada vez suena más alto. Cuando al fin le toca el hombro un platillo rompe ese ambiente de concentración obsesiva.

En cuanto al mensaje de la peli parece que se tratara de la génesis de un asesino real. No creo que hable realmente del aislamiento. La mujer es una persona evidentemente vulnerable y de poca iniciativa. Una víctima perfecta para un potencial asesino machista. Todo cuando ha escrito es relativo a lo mal que lo pasa y lo muchísimo que sufre: él se tiene como víctima. Lo que le anima a matarla es conocer la historia de otro asesino. La mata porque, de otro modo, él será menos hombre por dejarse golpear por ella. A esto se le añade la manipulación sentimental llorando encerrado en la despensa. Puede ser que, por la década en la que está rodada, la intención de la peli sea muy distinta.


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