viernes, 29 de enero de 2021

JOSEP

Dir.: Aurel
2020
71 min.

La película habla de los campos de concentración que esperaban en Francia a los refugiados de la Guerra Civil española, especialmente los catalanes. Un abuelo francés narra aquellos días a su nieto. La historia se desarrolla sin mucho interés, las típicas discusiones entre anarquistas, comunistas y republicanos.

El dibujo es muy poco dinámico especialmente el que sucede en el Siglo XX. Le quitan mucha dinámica y casi parece una sucesión de imágenes. Pero es una película muy narrativa. Esto hace que nos lo creamos mucho. Por ejemplo hay un momento donde se narra con apenas unos dibujos rapidísimos los fusilamientos que esperaban a los refugiados que volvieron a la España franquista. Este momento sí es interesante. Son dibujos con mucha línea, trazo fino pero contundente. Se prescinde de la animación y se narra con imagen fija con resultados muy interesantes.

El resto del rato ocurre lo típico en la animación de no altísimo presupuesto: que las figuras que están al fondo pierden precisión. Hay algo que me ha molestado bastante durante casi toda la película. Para paliar la vitalidad que le faltaba a la animación se ha decidido que el trazo tiemble siempre, como ocurre con animadores como Plympton. En este caso me siento un poco estafado: el trazo tiembla de forma artificial. Si la imagen es estática, no me creo que el trazo tiemble.

Hay algunos juegos que sí son interesantes como propuestas pero poco más. Por ejemplo cuando el nieto llega a casa de su abuelo se pone a ver la tele como adolescente que es. Esto es una forma muy elegante de decirnos que estamos, por lo menos unos 10 años antes a la actualidad. Ningún adolescente hoy tendría el impulso de ponerse a ver la tele.

Por otro lado hay un juego en el que uno pensaría que el abuelo es el catalán exiliado. Después se nos desvela que es un gendarme que le ayudó a escapar. Es cierto que esto es buena idea y además está muy bien traída, como un juego con la desmemoria del abuelo. Pero crea una cierta dinámica perversa con la narrativa. Mientras pensamos que el narrador es Josep, pensamos que Josep es inmortal. Si ha llegado al Siglo XXI para contar su historia, no puede morir en el campo de refugiados. Cuando se nos desvela que el abuelo no es Josep, ya está en terreno seguro. Josep ya no puede morir. De esta forma no tememos por su vida en ningún momento de la película.

Es muy interesante también un juego con la desmemoria del abuelo. De forma un poco gratuita Josep se hace amigo de Frida Kahlo. El abuelo cuenta por despiste que Frida estaba en el campo de concentración. La escena es una maravilla. Mientras ella surge del agua, de fondo escuchamos cómo se están rifando las mujeres del campo para pasar la noche con ellas. Cuando Frida aparece de nuevo en la narración, ahora en México, donde corresponde, el nieto dice ¿Frida la del campamento de refugiados? A lo que contesta el abuelo ¿Qué iba a hacer Frida Kahlo en el campo de refugiados? Tienes que cuidar esos despistes.


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