domingo, 7 de marzo de 2021

LA BODA DE ROSA

Dir.: Icíar Bollaín
2020
100 min.

¿Cómo de desubicado hay que estar para reivindicar en 2021 “perseguir tus sueños”? ¿Qué clase de persona tiene hoy sueños? Y más aún. De la gente que los tenga ¿quién cree que abrir un negocio es una idea liberadora? ¿Por qué la protagonista considera que va a ver su vida mucho más libre, relajada…? La película rezuma un optimismo irresponsable por todas partes.

Primero la protagonista dice que sí sistemáticamente a todo lo que le piden u ordenan. Sufre de explotación laboral y en vez de mostrarlo como algo grave se nos muestra la dimisión como la solución del problema. Todo esto lo va a solucionar casándose consigo misma. Esta trama tiene un detalle importantísimo que la película trata de que olvidemos no sacándolo a colación más que una vez: Rosa necesita la boda para que su padre le ayude a iniciar el negocio que quiere abrir en Benicasim.

La majadería de casarse consigo misma no sería tan grave si la protagonista no lo defendiera como algo natural; si no se frustrara cada vez que alguien señala lo raro del asunto. Pero no sólo ella, la película también lo muestra como acto de liberación. Lo curioso de todo es cómo se reparten los derechos a la rebelión. Rosa ha trabajado para toda su familia. El resto de los hermanos y su hija han trabajado para tener vidas fracasadas. Ella tiene derecho a rebelarse contra su trabajo y su familia. Bueno, no parece tener derecho a desentenderse de su hija viajera.

El descaro de la película toca su cénit cuando su hermana le dice a Rosa He sido una egoísta. ¡Y se lo dice a alguien que se va a casar consigo misma! ¡A alguien que va a abandonar a su padre por haberlo cuidado durante dos años! Considera que el resto de la vida de su padre, probablemente los años que más cuidados necesite, los pueden hacer solos sus otros dos hermanos. De los cuales una es alcohólica. Drama que la película trata con una ligereza casi criminal.

Otro drama social que la película olvida por completo es la soledad del padre. Los hermanos lo tratan como si fuera un perro que hay que cuidar. Por lo que vemos es un hombre bastante válido. Si está yendo de casa en casa, es porque necesitará algún tipo de ayuda psicológica o trato con su familia. Pero para la película eso no es importante, lo importante es que Rosa ha conseguido quitarse esa carga de encima. Por lo que vemos nunca ha puesto firmes a sus hermanos. En general nunca ha hecho nada para gestionar sus responsabilidades. La única forma que ha encontrado para que no la consuman es dejarlas de lado.

El drama con la hija es absolutamente desquiciado. O la hija es la persona con la piel más fina del mundo o hay un conflicto muy grande que no se nos ha contado. La hija le espeta a su madre que nada de lo que hace le parece bien. Tenemos que creernos nosotros que la madre juzga todas las acciones de su hija. ¿Lo hemos visto en algún momento? No. Y por tanto lo único que percibimos es a una chica joven con un proyecto aventurero fracasado y que culpa a su madre de que no le gusten sus planes.

Hay una reivindicación naíf donde las haya. La hija considera que todos los males de la familia se producen por falta de comunicación. ¡Hay asuntos mucho más graves abiertos! Para empezar la que ha reclamado antes que nadie el taller se asume que se lo va a quedar. En el punto donde se queda la trama sólo podemos esperar una discusión fuerte entre dos mujeres en paro y un hombre que tiene que pagar un divorcio. ¿Acaso va a ser la comunicación y no los abogados los que resuelvan la trifulca? Es cierto que Armando es un tipo que decide sin que nadie se lo haya pedido organizar todo. Pero alguien que tiene este impulso ¿no necesitará saber que está todo ya organizado? ¿Acaso Rosa no conoce a su hermano?

La escena final es agotadora. No podemos con el vaivén de decisiones de Rosa. Reivindicando la boda como necesaria para sí misma, después dejándola de lado. Y en el momento que más personas están involucradas decide que no lo va a hacer. Esto no cuadra para nada con el personaje. Es una persona llena de responsabilidades, asume encargos de todo el mundo a su alrededor. ¿No es capaz de hacer una parafernalia de 15 minutos para que su familia de Pamplona se quede tranquila? No tiene ningún sentido. Es una muestra de su recién descubierto egoísmo.

El formato del cuadro es un panorámico bastante acentuado. ¡Para un entorno urbano! Notamos perfectamente que hemos llegado a la escena de la playa porque es el único momento donde el cuadro funciona. El resto del tiempo nos faltan trozos de los rostros de los personajes en plano.


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