viernes, 7 de mayo de 2021

LA ISLA DE LAS CABEZAS CORTADAS

Dir.: Renny Harlin
1995
123 min.

Lo más potente que tiene esta película son sus poderosas imágenes. Si unimos esto a una gran falta de pretensiones lo pasamos muy bien con una historia sencilla, sin sobresaltos pero muy bien ejecutada. Se aleja del tono naturalista que vemos hoy en día. Por ejemplo el esclavo en la cárcel tiene unos dientes impecables.

El recuerdo con el que salimos del visionado es la batalla final y larguísima entre dos barcos. Uno pirata y otro, propiedad del imperio británico. Hay muchísima pelea con espadas de todo tipo. Los golpes de espada están acompañados por un gran repertorio de efectos sonoros. Es cierto que la pelea es de diseño para que no resulte nada violenta pero es muy entretenida.

Los momentos antes de la batalla están hechos con cuidado. Uno de los barcos ha sido tomado por los piratas sin que los tripulantes del que aún sigue en manos de los ingleses lo sepan. Los piratas deben ponerse en paralelo al otro barco evitando que ellos se enteren. Se esconden tras los cañones, cebando sus armas con gran sigilo. Es un momento de mucha tensión y la pelea se inicia como un gran espectáculo de pirotecnia. Hay que alabar este punto. Estamos muy habituados a las explosiones en el cine en general. Sin embargo con demasiada frecuencia son explosiones de gasolina. La pólvora genera unas explosiones únicas. Es cierto que en esta película se utilizan hasta la saciedad, pero no creo que dejen de ser divertidas en ningún momento.

El personaje de Geena Davis es muy poderoso. En las primeras escenas debe llevar ropas que ayuden al espectador a creerse esta imagen pero rápidamente se gana esta consideración con méritos propios. Hablo en particular de los escotes subrayadísimos por los corsés y de las amenazas a todos los varones que se ponen delate de ella de cortarles los genitales. Hay un momento en el que cruza una tienda mientras el carromato en el que viaja pasa debajo de su soportal. En ese momento lleva un vestuario como el de la madre de los piratas en “El castillo en el cielo” igual de empoderador en ambos casos.

Hay momentos donde se ven las costuras en la película. Por ejemplo el momento de las arenas movedizas. Parece que estén ahí por cumplir con el tópico. También hay que decir que no son un elemento nada común en las películas relativamente modernas. Por otro lado el sonido muchas veces intenta generar una tensión que la acción no acompaña. Del mismo modo ocurre con la cámara lenta. Está usada de más. El momento donde los dos piratas caen a unas rocas del mar es absolutamente inverosímil. No hay forma de creerse que sobreviven a tal hazaña.

En cuanto a la fotografía en general está muy bien cuidada. Nunca se quema la imagen a pesar de que ruedan en lugares con Sol abrasador. Sí hay que reconocer que en algunos momentos se saturan mucho los rojos haciendo que las pieles humanas adquieran unos colores rosados no muy agradables de ver.

Nos gusta ver el funeral por un obispo que se ve destrozado por una persecución. En este momento cae al suelo el cuerpo y una cabeza más descompuesta de lo que debería se hace trizas contra el suelo. Hay un personaje entre la tripulación de piratas que viste en bata y está muy gordo. Menciona en algún momento que se hizo pirata porque quiere escribir libros y necesita documentarse para ello. Dado que la película es americana y se desarrolla en el contexto del imperio británico hay un desprecio al latín un poco loco. El latín aparece como una lengua críptica. De hecho confunden unas letras escritas especularmente con latín.


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