viernes, 25 de junio de 2021

MUCHOS HIJOS, UN MONO Y UN CASTILLO

Dir.: Gustavo Salmerón
2017
90 min.

Homenaje de un hijo a su madre. Un personaje maravilloso que no necesita de un guionista para existir. Como espectadores nos podemos poner a la defensiva y temer una serie de recursos nostálgicos y que funcionarán si y solo si conectamos con la protagonista. Sin embargo nos damos cuenta rápido de que en la película hay una trama.

La trama ocurre de manera casi accidental por culpa del embargo del bien más preciado de Julia: su castillo. La película se sostiene solo con Julia hablando de lo que sea. Es una persona con las suficientes vivencias como para llenar hora y media con su testimonio. Pero es complicado mantener la uniformidad de la peli solo así. Con la excusa de vaciar un catillo gigante en una apresurada y ambiciosa mudanza se empasta una serie de testimonios absolutamente hipnóticos.

Es cierto que en ocasiones nos gustaría un trabajo más importante de imagen. La iluminación a ratos es lamentable, aunque agradecemos que se hayan tomado la molestia de grabar los interiores con las persianas bajadas. La calidad de imagen es muy pobre, un poco de estabilizador de imagen no vendría mal. Supongo que son aspectos que buscan sumar naturalidad a la peli. Lo cierto es que se consigue pero echamos en falta cierto acabado al que nos tiene acostumbrados el cine.

La mayor virtud del director es el montaje. Imagino que se presentó en la sala de montaje con horas y horas de material. Planos movidos, cámaras ocultas… El trabajo para contar la historia sin apenas narración es tremendo. Además las declaraciones de la madre están cortadas siempre en el momento justo. Sacrificando lucimiento de ella para ganar en ritmo y comicidad.

Era muy peligroso que dedicara demasiado a darnos un background que a nadie nos habría aportado nada. Es cierto que se habla de su juventud, pero no lo suficiente como para cansarnos. Supongo que tuvo que luchar para no caer en la tentación de presentarnos a todos los hermanos de la familia. Esto son cosas que se agradecen mucho. Los hermanos simplemente intervienen de forma coral, cuando tienen cosas que aportar.

El mensaje y la visión que da la madre son estupendos sobre todo por su forma. Es un mensaje muy hedonista, por otra parte bastante propio de la gente mayor, presentado sin ningún tipo de pretenciosidad. A ella son las reflexiones que le nacen con naturalidad y es maravilloso escucharla mientras vemos una vida llena de malas decisiones y observamos a alguien que ha ido dejando rastro de ser una persona en absoluto especial.


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