viernes, 4 de marzo de 2022

CARMEN Y LOLA

Dir.: Arantxa Echevarria
2018
103 min.

Los planos del principio anuncian que se han gastado poco dinero en estabilizadores de imagen. Yo me pongo un poco nervioso, pero rápidamente la película adquiere una intensidad enorme y no hay un instante para pensar en los planos moviéndose.

Lo principal de esta película son las actuaciones. Son muy reales. Lo que más transmite es credibilidad. A esto le acompaña un guion que cuenta una historia. Sería fácil tratar la temática de colectivos marginales sin contar nada concreto. Aquí no. No hace falta remarcar que un comportamiento es incorrecto. La postura de la película es evidente y no se nos ponen los hechos a denunciar delante de la cara mientras se señala insistentemente.

La sociedad gitana no aparece sólo retratada en la reacción al romance de las dos chicas. De esta forma podría quedar con una imagen muy mala. En vez de eso se nos muestran los ritos y que esa raza no implica sufrimiento. La conversación entre los dos patriarcas es maravillosa. Esa pedida en la que hacen un teatro maravilloso para guardar las formas me dibujó una sonrisa muy larga.

En el clímax parece que los personajes están muy contenidos. El cabreo que llevan todos es brutal. Un disgusto mayúsculo cuya actuación está por debajo de lo que el cuerpo pide. Esta crítica se puede hacer porque nos han regalado antes muchos minutos de actuación ejemplar. Además, momentos antes hemos visto una conversación maravillosa entre la madre de Lola y ella al descubrir que es lesbiana.

Me gusta que los focos de las cámaras sean más normales de lo que acostumbra el cine contemporáneo. Sin aberraciones omnipresentes y sin fueras de focos de todo el entorno. El tratamiento de la luz es muy bueno, a pesar de estar casi todo grabado al sol nunca está la imagen ni un poco quemada.


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