viernes, 29 de julio de 2022

EL PODER DEL PERRO

Dir.: Jane Campion
2021
128 min.

El mayor problema de la película es que dedica toda su primera mitad a desarrollar el personaje menos interesante del mundo. Benedict Cumberbatch es un estereotipo de hombre masculino y rudo. Según avance la trama descubriremos su homosexualidad encubierta ya sospechada desde el principio. Pero hasta llegar ahí tenemos minutos y minutos de un personaje en pantalla que sólo se dedica a hacerle la vida imposible a nuestros protagonistas.

Lo que más se oye al respecto de esta película es que es lenta. No creo que sea tanto ese el problema sino el contenido con el que rellena los minutos. Su duración tampoco es excesiva. En general sigue el esquema de las películas de final fuerte de Lanthimos. Creo que el elemento que más ayuda a ponernos en este plan es la banda sonora. Es abstracta, diría que atonal. Nunca oímos música que sea agradable al oído. Las cuerdas están en disonancia, el piano de la madre nunca completa sus melodías… Creo que es justo esto lo que nos hace prever que se está fraguando algo. Esto tiene dos efectos. El primero que la sorpresa no sea para tanto. Pero por otro lado, como creemos que la película tiene algo guardado para nosotros, nos posicionamos a favor de la obra. Es algo muy al contrario de lo que ocurría con “Días del cielo”. Quizás aquella también tenía un final llamativo, un giro de los acontecimientos, pero por lo que a nosotros respectaba, era una película contemplativa.

Esta película también lo es. Verdaderamente se puede hablar de mezcla de géneros. El primero que nos viene a la cabeza es el western. Pero éste está presente sólo en la localización y poco más. La forma en la que se contemplan los paisajes con esa fotografía impecable (yo diría que hasta aburrida) está más basada en el trabajo de producción que en la propia enormidad de las praderas de “Centauros del desierto”. Quiero señalar el plano de las espigas doradas manchadas con la sangre de la mano de Cumberbatch.

La película tiene un final muy agresivo. No me refiero tanto a la pasividad con la que contempla la muerte, que ya estamos hartos de ver. De hecho resulta casi bochornoso cómo decide que va a poner a prueba nuestra sensibilidad mostrando primerísimos planos de cómo se tratan las entrañas de los animales pero sin embargo la cámara se acobarda cuando va a mostrar un desnudo integral masculino.

Cuando digo que el final es agresivo me refiero a la propia muerte del personaje masculinísimo. Es particularmente importante que muera ya que la película está hecha después de la pandemia. Muere quien es un abanderado de la tradición, que odia bañarse, que no quiere ir al médico cuando tiene una herida. Es un hombre blanco, no es indio. Habla de las montañas como posibles albergadoras de oro, es fácil establecer un paralelismo con quienes ven una gran fortuna en las criptomonedas. En general creo que una directora con películas de propuestas intelectuales fuertes dice que esa nostalgia por un mundo más agresivo lleva a la muerte.

El chico protagonista genera una figura muy atractiva. Es cierto que tiene una timidez que no me creo nada. Probablemente para hacerle más atractivo hacia cierto tipo de público homosexual. Pero esa delgadez, palidez y altura absolutamente extrañas en el mundo en el que le sitúan es maravillosa.


viernes, 22 de julio de 2022

MEMORIA

Dir.: Apichatpong Weerasethakul
2021
136 min.

Ante todo es fascinante. Es obsesiva, estática, paciente, contemplativa, atrevida. Contiene escenas de un poder abrumador. Por supuesto la propuesta inicial con ese ruido tan estruendoso en la sala de cine ya es descarada. Pero cuando por primera vez la película nos da una escena en la que se enseñe es cuando están en el estudio de sonido.

Esa escena es fascinante. Es obsesiva como “La conversación”, es paciente como “A ghost story”. La escena nos va a poner a prueba. Pero antes de que oigamos una y otra vez el estruendo buscado, tenemos ya un ritmo muy pausado. Vemos al técnico de sonido trabajando. Llega la protagonista y él le dice que espere. Ella debe sentarse mientras él termina de hacer una serie de anotaciones. Esto no dura mucho. Pero el hecho es que la película se detiene varios minutos. Totalmente. Ya no es la introducción de la escena. Ya ha llegado la protagonista, narrativamente la escena ha arrancado. Él le pide que espere y nosotros esperamos. Es una maravilla porque la película tampoco busca desesperarnos. No se regodea. Tarda lo que debería tardar. El plano no pretende dar ningún tipo de sensación parsimoniosa. Es un plano estático, que hace justo lo que la protagonista: esperar.

No tardamos mucho en sospechar que la película tiene un aire a lo “Under the skin”. Ahí está pasando que apela a la ciencia ficción pero se nos presentará como una película intimista. Al ver esta relación creo que el misterio pierde algo de interés. Porque nos esperamos que vamos a recibir una explicación decepcionante como ya lo fue en aquella película. Donde creo que gana esta película es al ubicarse en un punto bastante social. La película tiene unos escenarios bastante normales. De hecho cuando el texto de la película trata de volar demasiado alto, ella apedrea los recitativos haciendo ver que eso no va a ningún lado.

El otro gran momento tremendamente fascinante es cuando se encuentra al alienígena. Este relato es interesante pero no es muy original ya que remite demasiado a “Funes el memorioso”. La idea de que un ser que pueda recordar todo vive cualquier experiencia como una tortura. Aquí ya vamos vislumbrando que va a haber seres no humanos. El caso es que vemos a este ser con la misma curiosidad que nuestra protagonista. Ella quiere verle dormir: y le vemos dormir. La película nos está llevando por una senda en la que comprendemos que verle realizar esta actividad va a ser interesante. Y cuando le vemos dormir le vemos muerto. Es decir: tiene algo que proponer la película. Al ver a alguien que ha muerto de esa manera genuinamente nos intriga qué le ocurrirá por eso se puede permitir mantener el plano.

Todo lo que tiene que ver con las desapariciones bolivianas me resultan un poco ajenas. Me refiero a que es una reflexión que la tienen que explicar. Desde mi punto de vista no está plasmada en la película. Se entienden algunas cosas que si no se supiera su significado generarían cierta apatía. Me refiero por ejemplo cuando ella habla de alguien que ha muerto y todo el mundo que lo conoce asegura que no ha muerto. Antes de ver que el sonido tiene una explicación resulta estimulante. Porque hasta ese momento lo único que sabemos es que ocurren cosas. Pero cuando recibimos explicación para el ruido, pero no para los otros hechos inexplicables, me pongo nervioso.

Como digo, todo queda explicado por una crítica política. Pero sin saberlo queda como un simple movimiento esnob.


viernes, 15 de julio de 2022

EL DESENCANTO

Dir.: Jaime Chávarri
1976
97 min.

Empieza siendo interesante y termina siendo hipnótica. El gran centro de la película es Felicidad. Sí, empiezan hablando de Leopoldo Panero. Pero eso se acaba rapidísimo. Pronto empezamos a oír a Felicidad hablar de cómo debía soportar a los amigos de su esposo. Y, más adelante, la frialdad. No se cuenta, pero seguro que el alcoholismo de su marido tuvo también que ser duro.

Aprovecho que menciono el punto del alcoholismo para hablar del esperpento que son los hijos. Lo primero que vemos son a Michi y Juan Luis hablando en algún patio suyo. Esto es increíble, porque hablan con gran rimbombancia. Interrumpiéndose. Nunca escuchándose. Es increíble su deje pijísimo. En ocasiones con eses tan marcadas que comprometen la calidad del sonido analógico.

Ya sean testimonios individuales como conversaciones están siempre fumando. Si además hablamos de Juan Luis o de Leopoldo, será bebiendo. Ya que se jactan de ser alcohólicos como su padre. Esto es alucinante porque muestra la pose que todo supone para este mundo de ricos. Con respecto a la salud mental, adicciones y suicidios se hace toda una serie de comentarios de una enorme pretenciosidad y que revela cómo todo este asunto es lúdico para ellos. Hablan de sus problemas a golpe de cita de filosofía francesa. Mi hermano Michi es esquizofrénico, lo cual es algo precioso… Comienza un testimonio de Leopoldo. Por supuesto con una cerveza en la mano. En esa misma entrevista termina diciendo que se quiere acostar con su madre, por supuesto después de haber citado a no recuerdo qué psicoanalista. Antes de este momento, cuando la película aún no se ha ido de madre, Juan Luis está contando una anécdota …el camarero me confundió con el gigoló de mi madre, lo cual me excitó en cierta manera.

Todas sus intervenciones parecen escritas cuidadosamente. Hablan como recitando. Especialmente Felicidad, es quien tiene una forma más evocadora de hablar. A los hijos tampoco creo que les interesen demasiado los recuerdos en la finca llena de encinas a las que tanto se apela. Así cuando Felicidad está contando una anécdota de pueblo típica de una camada de cachorros (que acaba con todos ellos muertos) Michi comenta

—…la perra había parido…

—¡Dulcifica!

—Bueno, había dado a luz…

Cada vez que Felicidad da paso a que alguno de sus hijos cuente algo, ellos se van por unos derroteros imposibles de seguir. Hacen metáforas imposibles, le reprochan de todo, la llaman cobarde. Así Leopoldo cuenta una historia acerca de una fiesta de disfraces en la que quiere devaluar a su padre hasta convertirlo en el conejo blanco de “Alicia en el país de las maravillas”. Pero antes ha generado un discurso lleno de confusión en el que mezcla el conejo blanco, la liebre que acompaña al sombrerero y al gato. El ridículo es tal que asistimos a tal escacharre con asombro de que se dejaran grabar. Es como si vivieran en un mundo en el que no son conscientes de que en las clases populares puedan provocar sentimiento de ridículo.

Esta fascinación supongo que me la puedo permitir porque son figuras que están no en su mejor momento y, sobre todo, porque no son contemporáneos míos. Supongo que si escuchara estos discursos en televisión a las 10 de la noche por nuestra aristocracia contemporánea, me incendiaría como el que más.

Sus dos otros hermanos lo identifican claramente como el problema de esa familia. En general ninguno de los hijos escucha demasiado su madre. Pero lo de Leopoldo es exacerbado. Es increíble la serenidad con la que ella escucha todo. Él le reprocha que en su primer intento de suicidio ella dijera lo malo no es que se haya querido suicidar, es que se droga. Dejando así constancia de que su suicidio fue una forma de llamar la atención. Cuando la culpa de haberle hecho desperdiciar su juventud en un manicomio tiene la soberbia de decir En el manicomio me la chupaban los subnormales por un paquete de tabaco. Momento magistral de montaje en el que la madre contesta con un sobrio e incómodo Ya. Y cuando por fin la madre cuenta que ir a Carabanchel a visitarle a la cárcel suponía para ella un sufrimiento él la interrumpe invalidando todo su argumento con Yo es que no creo en esa idea de persona.

Es impresionante también cómo cuentan los apuros económicos que pasaron con la muerte de su padre. Es divertido oír eso mientras vemos el caserón desde el que nos cuentan todo. Pero es que además los sacrificios que tienen que hacer es vender y vender. Nunca nadie tiene que trabajar hasta altas horas. Nunca se tiene que ahorrar nada. Podrán permitirse todas las drogas que quieran en sus adolescencias. Para ellos los apuros económicos es vender cuadros, casas o libros.

Me alegro muchísimo de que el documental sea en blanco y negro. De vez en cuando me imaginaba de los marrones tristísimos y feísimos que poblarían esos interiores de decoración feísima. La fotografía es maravillosa y técnicamente en general impecable.

Se tarda un rato en asimilar que Leopoldo Panero no es Berto Romero.


viernes, 8 de julio de 2022

PERFECT BLUE

Dir.: Satoshi Kon
1997
81 min.

Título bastante misterioso. Lo que arranca la trama es que una estrella del pop de imagen virginal se estrena como actriz en un papel de una violación. Entonces ella se empieza a sentir sucia y sus antiguos fans la odian… El caso es que, aunque en el final adquiere todo algo más de sentido es complicado entrar en la historia. No hay motivo por el que ella debiera enfermar de esa manera después de años dedicándose a la música y estando expuesta a la imagen pública. El caso es que supongo que la cultura japonesa es mucho más intransigente con ese tipo de cuestiones. Si se nos presentara la sociedad como con unas normas especiales, todos entenderíamos la reacción de Mima. Pero claro, Japón no aparece como algo excepcional porque Japón en Japón es muy poco excepcional. La forma de rodar la violación es confusa. Porque el ambiente del plató es bastante tranquilo, dando a entender que quien está sufriendo es el personaje y no la actriz. Pero, por cosas que ocurren más adelante, no podemos estar tan seguros de esto.

Al margen de esto, lo más llamativo de la peli es el juego entre realidad y ficción. Dura bastante. Después de tantos giros argumentales el final prácticamente depende de una ruleta. Es poco relevante qué haya sido realidad y qué ficción. Supongo que se puede elaborar un complicado entramado para determinar qué secuencia es de qué clase, pero parece que ninguna explicación da coherencia a toda la peli. Aunque este juego sea un poco naíf nos transmite la historia de forma muy atractiva. Por ejemplo la construcción del personaje Mimaníaco. Ya podemos intuir que está loco pero cuando por fin le vemos solo en su habitación de perturbado es un gran momento.

La caída al desequilibrio mental de Mima es muy difusa pero divertida. Por ejemplo es muy repentina. Desde que nos enteramos de que hay un juego de realidad y ficción hasta que se le va la cabeza pasa muy poco tiempo. Resulta divertido que utilice a sus peces para asegurarse de que el tiempo pasa.

En cuanto a la animación, en los primeros planos sorprende por primera vez que en cuanto un personaje no está en primer plano es muy probable que su cara desaparezca. En las multitudes la gente solo tiene nariz en la cara. Además sincronizar la boca con la voz es algo que no se estila mucho en la animación japonesa pero en esta película es la sublimación de esta regla. El dibujo es bastante más antropomórfico que en otras películas de animación japonesa, en particular me refiero al estudio Ghibli. Estos personajes son de extremidades mucho más largas. Los rostros en general son feos.


viernes, 1 de julio de 2022

DJANGO

Dir.: Sergio Corbucci
1966
91 min.

En la frontera sur de Estados Unidos hay un tipo que va vagando por ahí tirando de un ataúd. Este hombre es temido por todos y se ha ganado el odio de los confederados del Sur, a los que la película llama simplemente racistas, y también de los mexicanos revolucionarios.

La trama se desarrolla en un pueblo cuya carta de presentación es muy buena. Tenemos un pueblo con el suelo embarrado y esquema tópico de pueblo de western. Cuando llegan Django y Marina, la prostituta protagonista vemos una fotografía que no nos esperamos en una película de estas características. La imagen se vuelve muy gris para representar la desolación del pueblo. No es nada impresionante pero sí sorprendente por contraste con los colores típicos del género.

Toda gira entorno al burdel. Esto es un aburrimiento. Se reparten las mujeres, deciden quién trae el barullo al pueblo… ¿Qué pueblo? ¡Si los únicos que viven en ese sitio son el regente del burdel y las prostitutas! La película llega a deleitarnos con una pelea de tres prostitutas en el barro. Un soldado confederado pone cara de repugnancia ante lo que ve. Nosotros un poco también.

La estética de los confederados es curiosa. La banda la conforman un malo malísimo que tiene como deporte disparar a mexicanos corriendo. A su alrededor sus secuaces son unos incels impresionantes. Pero lo mejor son el resto de la banda. Es gente con capuchas rojas en la cabeza; con dos agujeros para los ojos. De alguna manera se quiere apelar al Ku Klux Klan pero sin que sea muy explícito. Se introduce también el símbolo de la cruz ardiendo. Según se nos explica, las capuchas son para que no se pongan morenos, porque son así de racistas. Yo sospecho que es una estrategia de la película para poder repetir los extras.

Quizás lo más potente de la película sea el ataúd de Django. Al principio contiene una ametralladora. La matanza de los confederados es espectacular. También hay que decir que las muertes a lo largo de la película se hacen un poco repetitivas. No lo digo por su exceso, sino por lo poco originales. Ver esta película después de 2012 inevitablemente nos remite a Tarantino. Él, que es el rey de las muertes, nos presenta muchas más sin que nos cansemos nunca. Toda la idea del ataúd es que dentro siempre contiene lo que acerca Django a la muerte. Así primero es la violencia y después es el oro. Hay otro juego con el ataúd: él siempre cuenta a todo el mundo que ese ataúd es para él. Pero al final pierde el ataúd y él no muere…

Como elementos de cine más clásico tenemos arenas movedizas. El tópico de que el que perpetra una matanza ordene a otro que limpie los cadáveres. Se produce entonces el diálogo en el que el camarero dice Hay que abrir otro cementerio y Django contesta: No sería mal negocio si consigues que te paguen por adelantado. El villano que tiene asolado a un pueblo con métodos de la mafia: pidiendo dinero a cambio de protección de sí mismo. En esta película los mexicanos cortan con una navaja la oreja a un confederado, sirviendo de inspiración para “Reservoir Dogs”.

Tenemos a nuestro protagonista que es capaz de derrotar a la banda de villanos con las manos pisoteadas por un desfile de caballos. Esta imagen podría resultar estimulante. Quita la protección al gatillo y logra disparar con ayuda de la cruz de su difunta esposa. A todo punto increíble. Sin embargo la película contrarresta nuestra incredulidad con el atronador tema principal que después sonaría en “Django, desencadenado”.

A pesar de la sonoridad general del spagheti western esta película apuesta bastante por el silencio. Esto hace que muchas escenas carezcan de fuerza. El carisma del protagonista no es suficiente para levantarlas. Casi es más potente su sombrero negro y sus botas embarradas que él.