viernes, 26 de diciembre de 2025

ÉXTASIS

Dir.: Gustav Machatý
1933
90 min.

El argumento no vale nada. Creo que la película más o menos es consciente de ello. Creo que se asume a sí misma como una película erótica. Salvo excepciones sus momentos más tórridos no tienen gran efecto desde la óptica actual. Pero sí que hay decisiones estilísticas bastante interesantes.

La famosa escena del orgasmo femenino de ella supongo que funciona particularmente por la forma en la que se elude mostrar nada. Ni siquiera está claro qué tipo de acto se realiza. Ella se mantiene vestido y él parece quedarse recostado a su lado. Entendemos que es una masturbación, pero no queda claro. El acto tiene un montaje algo acelerado. Este ritmo de cortes lo hemos visto unos momentos antes. Cuando ella está sofocada, deseosa. Se nos muestran los planos de las esculturas pequeñas que decoran la estancia en la que ella se va calentando. Caballos, un hombre soplando un cuerno y una mano que acaricia con la punta de los dedos su propio pecho. Los planos que anteceden al encuentro también me gustan. Ella camina sola por el campo de noche. Vestida de blanco. Me recuerda a los planos finales de “Los ojos sin rostro” o a ese plano terrorífico de Laura Dern acercándose a cámara en “Inland Empire”.

Cuando por fin los dos amantes se unen en un beso aparece un momento muy sorprendente. No porque el recurso no se haya visto antes, sino porque la película escasea de esta clase de recursos. Ella se acerca a su cara. Es un primer plano. Con la misma inercia con que ella se ha acercado a él, el perfil de su cara sigue avanzando hasta atravesar la cabeza de él. Creo que es una de las mejores representaciones del deseo en esta película. El otro gran momento es cuando ella llega ardiente de deseo a su noche de bodas. Cuando ha asumido el rechazo de su marido ella se recuesta con un camisón que dibuja perfectamente el perfil de sus dos piernas y ella juega con el anillo de desposada.

El hecho de que la película se llame “Éxtasis” revela que es consciente de la importancia de esta escena. Aunque el erotismo no cesa, es la única escena que recoge el significado del título. Por lo demás habrá una escena lúdica que cierra con el encuentro entre los dos amantes. Ella se baña desnuda en un río y ha dejado su ropa encima de la yegua que la ha llevado hasta esa orilla. La yegua excitada al oír el relincho de un caballo sale corriendo. Tenemos entonces a un grupo de obreros que la ven pasar desnuda persiguiendo a su montura. Yo creo que esta escena deja muy claras las intenciones y el tono de la película.

Cuando se presente el enredo amoroso también se hará de una forma muy superficial. Aunque nos permite ver una escena de conducción temeraria muy intensa. La acción que surge genuinamente del montaje es muy limitada. La velocidad de consigue por el viento en los sombreros de los dos hombres que viajan y por los árboles que pasan velozmente por la pantalla. El cierre de esta escena vuelve a revelar una idea muy efectiva. Para mostrar la respiración agitada del recién divorciado se compara su respiración con los vapores del tren que ha estado cerca de atropellarles. Hay que decir que la amenaza de este atropello nunca se percibe.

Me ha divertido mucho el momento en el que ella entra a la habitación nupcial en brazos de él. Señalemos que hay algún mueble que parece sacado de Le Corbusier. Muy sorprendente encontrar este diseño en una película de los años 30. Cuando él se descalza solo usando sus pies ella sigue en sus brazos. La cámara hace un primer plano de sus pies. Obviamente la persona a la que pertenecen esos zapatos no está sujetando a nadie en volandas. Tenemos entonces la sensación casi de estar viendo unos títeres. Me ha gustado mucho.

Y señalaré también la coda obrerista. Extrañísima. Vemos cómo él llega a su puesto de trabajo. Los hombres pican piedra. El montaje es rápido. Nada que no hayamos visto en “El hombre de la cámara (1929)”. Pero se consiguen algunas imágenes muy sorprendentes. La cámara subirá y bajará atada al pico que trabaja la tierra. Se rueda el agua que cae un grifo desde el fondo del barril que la recoge… Los cuerpos de esos obreros se presentan bien musculados. Entiendo que aquí hay un trabajo de iluminación importante para que las sombras realcen brazos y espaldas.

El aspecto que él tiene en este momento, su admiración por la tierra y su riqueza, su peinado bien nos podría recordar a los ideales del hombre alemán.


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