domingo, 21 de julio de 2019

HABLE CON ELLA

Dir.: Pedro Almodóvar
2002
112 min.

En la película hay un continuo contraste entre lo que sentimos nosotros y lo que sienten los personajes protagonistas. No solo lo que ellos sienten sino el tono de la peli, que los suele acompañar.

Muy al principio de la película una torera entra en coma embestida por un toro. Inevitablemente una sonrisa nos cruza la cara. Sin embargo la película prefiere centrarse en que tiene conocidos a los que no les sienta bien que Rosario Flores esté en coma. De hecho toda la relación entre el protagonista y ella me resulta un poco lejana. Supongo que cuando veo el personaje de Flores veo antes a una torera que a una persona.

Cuando Benigno se revela un acosador se plantea como un tipo con ciertas manías. Por supuesto es normal que él lo cuente como si no fuera algo realmente grave, pero lo que llama enormemente la atención es que la película juzgue tan positivamente todo lo que hace con la paciente. Aquí hay un punto a alabar y es cómo narra la violación al cuerpo. Ya que la película parece negarse a mostrarlo como algo negativo al menos se muestra con una secuencia de cine mudo bastante interesante.

Ya que hablamos de cine mudo: en cierto momento un personaje alaba el cine mudo. Dice que le encanta. Si Almodóvar lo tiene en tanta estima, podría aprender de él y no llenar sus películas de diálogos. Sobre todo si los personajes no van a decir nada emocionante. Por ejemplo la escena de Benigno y Geraldine Chaplin. Comprendo que hay que presentar a su maestra de danza, pero este diálogo es lamentable. Por cierto, es un diálogo que colabora a blanquear a Benigno, por lo menos puede hacerlo para alguien a quien Javier Cámara le caiga mejor que a mí.

La película está llena de mujeres, pero los protagonistas son hombres. Todas las mujeres que aparecen con un papel relevante lo tienen en tanto que repercute en la vida de los protagonistas. Todas las mujeres de papeles más pequeños son o enfermeras que malmeten de sus compañeros o porteras cotillas. Tópicos que de ninguna manera generan mujeres interesantes.

Los dos protagonistas masculinos se dicen muy amantes de sus parejas. Hay aquí un paralelismo con el toreo. Para rendirles pleitesía necesitan tenerlas agonizando. Un discurso que se parece en extremo a aquel mantra de que el toreo es un homenaje a toro.

Por último la película termina con un tipo con claros desórdenes mentales peligroso para la sociedad que decide quitarse la vida de forma voluntaria y de una manera poco dolorosa. No entendemos muy bien por qué, la película considera esto un drama.

Hay un personaje con apenas dos o tres frases que está interpretado por un actor de doblaje. El efecto que se genera descoloca muchísimo. Estamos oyendo una voz que de costumbre procede de una boca que se mueve a otro ritmo distinto al de las palabras que pronuncia. Además la entonación con la que habla recuerda mucho a los tonos artificiales producidos al intentar emular al actor americano original.


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