sábado, 20 de julio de 2019

SUSPIRIA

Dir.: Dario Argento
1977
101 min.

Una de las películas con las que más miedo he pasado. Las películas que realmente me dan miedo son aquellas que te han demostrado que no puedes estar preparado para nada de lo que pueda ocurrir en ellas. Esta peli desde su primera escena de miedo ya deja muy claro que va a ir sin frenos.

Cualquiera que me dijera que va de una academia en la que hay una fuerza maligna y que una chica nueva llega y derrotará al mal que mata a los alumnos recibiría enormes dosis de indiferencia por mi parte. Sin embargo es sumamente sorprendente a cada escena. Aparte del enorme atractivo visual hay muchísimos detalles que nos permiten obviar la simpleza de la trama. No deja descanso. Cuando sientes que una escena está llegando a su fin no puedes relajarte porque el plano de la siguiente puede ser un exordio para cualquier locura que nos haga retirar los ojos de la pantalla.

En los primeros momentos, antes de que seamos conscientes de la trama de la peli, se nos presentan varios planos visualmente muy interesantes. La chica parando un taxi bajo una lluvia de un caudal absurdo. El bosque de árboles azules por la luz nocturna con troncos verticalísimos y con un ojo de pez muy forzado. El rojo rojísimo en la pared la primera vez que vemos la academia iluminado con gran maestría porque cuando vemos la academia a la luz del día ya no es lo mismo. Los interiores muy desasosegantes, presentados de forma impresionista, casi como un plano de Jodorowsky. Especialmente en los interiores hay un aura de película anticuada bastante indescriptible así como ocurre al ver “Carrie”.

Hay algunos recursos que sí son identificables como elementos ahora anticuados como la sangre a todas luces excesiva, los zooms muy exagerados y no siempre tan efectivos como se quiere. La música… La música hoy en día sería impensable en una peli de miedo pero funciona tremendamente bien.

Las luces en general llaman bastante la atención, hay rayos de todos los colores. Los pasillos de un rojo muy machacante ya que son de paredes rojas iluminados por luces rojas. En las paredes de colores menos agresivos se hacen mezclas de colores muy interesantes, así como contraluces sorprendentemente bien ejecutados. Ante la actual hegemonía del contraste entre luz naranja y luz azul se agradece la creatividad de muchos de sus planos. El contraste predominante es el rojo y azul pero hay alguno mucho más trabajado de rojo, verde y celeste: precioso. Incluso está muy bien tratado el pasillo amarillo, un color bastante difícil.

Hay una escena maravillosa, bastante onírica de una chica que va a ser asesinada por una navaja sostenida por no importa muy bien quien. Cuando desesperadamente se encierra en una habitación vemos asomar la cuchilla, que con gran paciencia abre cuidadosamente el pestillo. Hay una conjunción perfecta de ritmo y actuación donde la chica acepta de una manera demoledora que no tiene escapatoria. Y realmente queremos que se salve, algo que infrecuente en el slasher.

Otra genial escena es la de un ciego en una plaza gigante con dos únicos edificios neoclásicos. Hay una presencia extraña que nadie es capaz de identificar pero que causa un terror mayúsculo. Está maravillosamente ejecutada. El desenlace de la escena muy propio de la época nos saca un poco de ella pero es genial todo lo que lo precede.

La amiga de la protagonista interpretada por Stefania Casini tiene la mejor interpretación de la peli. Es especialmente importante porque la peli recurre mucho a la verbalización. Esto es magnífico porque reduce drásticamente la duración de la peli y permite mantener la tensión. Hay una escena en la que cuenta sus sospechas acerca de la directora de la academia de una forma estupenda. El texto no es muy maravilloso pero la interpretación es magnífica.


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