domingo, 28 de julio de 2019

MANDY

Dir.: Panos Cosmatos
2018
121 min.

Me he atrevido con otra película de Nicholas Cage. No sabía nada acerca de la película. Solo el poster lleno de humo y ambientación entre roja y rosa. Conocía también la imagen de la cara de Nicholas Cage cubierta de sangre. Esto último fue suficiente para que me decidiera a verla.

La peli es la venganza de Nicholas Cage haciendo de leñador cuando una secta de locos cristianos quema viva a su mujer. Esta parte no empieza hasta la mitad más o menos. Antes tenemos el secuestro de ella, la presentación de los disparatados drogadictos de la secta, una especie de banda de moteros que hacen el trabajo sucio por ellos… Algunas de estas cosas están bien, otras no tanto. Los moteros sadomasoquistas con aspecto de “Hellraiser” no son muy novedosos. Toman cocaína y ven porno como en “Carretera perdida”, hablan con unas voces guturales que no obedecen a nada y no son estimulantes en absoluto.

Para decirnos el nombre de la secta, “Los hijos del nuevo amanecer”, se pone un rótulo en pantalla como si fuera el título de la peli, con muchas luces y mucho humo. Son una secta que se drogan mucho. Las luces y el humo son elementos muy psicodélicos, pero en la peli aparecen constantemente. Es muy bonito el efecto de las luces de atrás de los coches reflejándose en los muchos bosques de la peli. Las luces durante toda la peli vienen de focos imposibles, pero con muy buenos resultados.

Hay una escena que se desarrolla con Mandy, la capturada por la secta, drogada. Lo que se hace es que la imagen vaya dejando un rastro a cualquier movimiento y se pone un filtro rojo. Bien, pero tampoco nos da mucho más esta escena. El jefe de la secta hace un discurso muy vacío que no nos importa mucho hasta que se convierte en una crítica a la propiedad privada como obsesión. Sin embargo, mientras habla, hay un juego de fundidos con las caras de Mandy y el loco muy sorprendentes, de clara inspiración en “Persona”.

Este es un defecto de la peli: que se toma demasiado en serio a sí misma. Cada vez que escuchamos hablar al líder de la secta nos aburrimos muchísimo porque nunca dice nada importante. Cuando la peli admite que es pura testosterona, violencia y poco más está bien. Esa locura del protagonista haciendo una espada-hacha es maravillosa. Pero por ejemplo chirría un poco después las muertes gore. Da el aspecto que el único objetivo del director era escandalizar y lo ha intentado con todos los medios. Pero lo que está claro es que si vamos a ver a alguien lleno de sangre es más divertido si el ambiente son cadenas, cuchillos oxidados… en lugar de armas mucho más elaboradas. Se nota mucho que ha habido alguien en la sala de montaje al que le gustaban mucho los planos y los decide pasar a cámara lenta para que los disfrutemos más.

Todo ese simbolismo religioso es tremendamente aburrido. Con intenciones de escandalizar. A cualquier espectador de hoy en día le da completamente igual ver una iglesia ardiendo, no queremos ver otro descenso a los infiernos (o por lo menos no uno así) y por supuesto nos da igual que Nicholas Cage tire una Biblia al suelo.

Uno de los momentos más llamativos visualmente de la peli es la escena del baño. El protagonista llega ahí con las muñecas en carne viva y lleno de sangre. Se empieza a echar alcohol por todo el cuerpo. Nosotros no podemos apartar la vista de los terribles azulejos amarillos de las paredes.

El mensaje de la peli es que, si bien salvar a su mujer es un acto noble todo lo hace por la violencia. Cualquier recuerdo suyo, que nos llega en forma de dibujos animados, está podrido y es oscuro. Esta degradación la vemos de forma no muy sutil según se va llenando la cara de sangre, coge ropa de los moteros o se mete las mismas drogas que ellos. No podemos olvidar cómo hunde la nariz en esa montaña gigante de cocaína.

Para terminar nos muestra un cielo muy cósmico y de otro planeta sin saber muy bien a qué obedece.


sábado, 27 de julio de 2019

LOS MUERTOS NO MUEREN

Dir.: Jim Jarmusch
2019
103 min.

Película de zombis que se dedica a homenajear a la vez que parodiar el género. Hay referencias a George A. Romero explícitas ya que el modelo de un coche se dice que es muy del estilo de sus películas. Además se repite el icónico plano de las manos de zombis entrando entre unos tablones de madera.

La película tiene muy claro que los zombis ya no dan miedo. Por eso, cualquier trozo del argumento que no sea interesante desaparece. Por ejemplo cuando aparecen las dos primeras víctimas de los zombis uno de los policías expresa que cree que son víctimas de zombis. En una película al uso todos habrían creído que ha sido un ataque un poco extraño y sólo cuando descubrieran los zombis habría resultado una hipótesis factible. Esto nos gusta mucho verlo. Todo lo que sea una película cuidando del espectador, nos gusta.

Hay varios momentos de ruptura de la cuarta pared como la omnipresencia del tema central de la película. —¿De qué me suena esta canción? —Es el tema de la película. Se agradece también que se ridiculice la típica línea de guión en la que un personaje desde el primer momento asegura tener el presentimiento de que algo malo va a pasar. Nos encanta por supuesto cómo desaparece la mujer escocesa maestra de la catana. Nos gusta que se imponga una regla acerca de cómo muere un zombi y se respete. Nos gusta que un zombi sea Iggy Pop. El gag acerca del guión de la peli está muy bien como idea aunque su desarrollo es pobre. Hay una escena muy curiosa en la que mencionan que puede estar siendo improvisada.

Es muy bonito ver el paralelismo entre Bill Murray y Adam Driver. Bill Murray actúa como nos ha acostumbrado. Hierático, diciendo frases locas con total seriedad, casi con hastío. Dado que a los protagonistas no les asustan los zombis, la actuación de Adam Driver se acerca muchas veces a la de Murray. En la peli los personajes tienen una ligera posición de maestro y aprendiz. Es fácil hacer la traslación al mundo real con ambos actores.

Es habitual escuchar el paralelismo entre el mundo material (más recientemente las pantallas, internet…), su dependencia y los zombis. Las personas somos algo así como seres sin consciencia que sólo buscan consumir. No es tan habitual hacer esto explícito en una peli. Es bonito ver las hordas de zombis agruparse según aquello que les genera dependencia. Siempre que los vemos rodeando algún edificio es un establecimiento comercial. Por eso me molesta un poco que el final de la peli sea un vagabundo verbalizando el mensaje de la peli. Ya han comparado la sociedad consumista con zombis y con hormigas: no es necesario hablar más de ello. ¡Rompes el lenguaje cinematográfico!

En cuanto a la crítica política, parece que los directores estadounidenses hayan hecho una especie de alianza acerca de que hay que reírse de Donald Trump y de su electorado. Pero nunca se aporta nada. Simplemente vemos a un personaje con una gorra roja y una frase loca que mezcla las soflamas de Trump. Cuando este personaje muere la película se recrea un poco para celebrarlo. Pero es una crítica muy pobre, muy blanca y muy poco comprometida.


viernes, 26 de julio de 2019

VIAJE AL CUARTO DE UNA MADRE

Dir.: Celia Rico
2018
91 min.

Cualquier conflicto de la película se cura con un poco de comunicación. La relación de la madre y la hija es de lo más tediosa. El personaje de la madre es todo lo negativo que puede tener una madre: es pesada, paternalista (quizás maternalista), vive agobiada, es aburrida, nunca es proactiva… Todo ello se ve subrayado por que ella es quien más tiempo pasa en escena. Al poco de empezar la peli nos cansamos de ella, pero según avanza nos produce un hastío ominoso.

Pasa todo el día sola en su casa. Suponemos que a esta situación ha llegado después de la muerte de su marido, sin embargo vive en un pueblo. Y ha trabajado muchos años en una fábrica. ¿No tiene ningún amigo? ¿Nadie llama a su telefonillo para que baje a jugar?

No queda muy claro si tiene capacidades para vivir sola. Lo que vemos antes de que la hija se vaya de viaje es una mujer que lleva una vida normal. Como mucho tiene dificultades para abrir su cafetera. ¡Pero la hija tampoco puede abrir la cafetera! Esto nos lleva a reflexionar acerca de quién cierra la cafetera en esa casa. El asunto es que si puede vivir sola ¿cómo se vuelve tan torpe cuando la hija se va? Si no puede vivir sola, ¿cómo es capaz de irse la hija a Londres?

El viaje a Londres: la madre vive una continua agonía. Le dice la hija que quiere estudiar inglés y a la madre le parece una locura. Pero al día siguiente le da el dinero. Y el mismo cambio de idea radical ocurre cuando la hija propone el viaje. La propuesta la hace como una incapacitada social absoluta. Propone dejar la casa como quien propone bajar a comprar el pan. ¡Y luego se escandaliza cuando la madre se muestra escéptica!

El tono de la película es el habitual en el cine moderno español. Sin música. Muchos planos de interiores donde se buscan ocurrentes enmarcaciones de la acción. Actuaciones muy naturalistas (lo único que salva la película). Hay muchos detalles bonitos, por ejemplo el momento de las campanadas la hija tiene las uvas peladas, no es muy arriesgado suponer que se las ha pelado su madre. Otro elemento muy característico de este género es el plano de una fiesta donde nuestra protagonista está sentada sola con mirada melancólica consiguiendo así un contraste muy poco original.

¡Cuánto planchan en esta peli!


domingo, 21 de julio de 2019

HABLE CON ELLA

Dir.: Pedro Almodóvar
2002
112 min.

En la película hay un continuo contraste entre lo que sentimos nosotros y lo que sienten los personajes protagonistas. No solo lo que ellos sienten sino el tono de la peli, que los suele acompañar.

Muy al principio de la película una torera entra en coma embestida por un toro. Inevitablemente una sonrisa nos cruza la cara. Sin embargo la película prefiere centrarse en que tiene conocidos a los que no les sienta bien que Rosario Flores esté en coma. De hecho toda la relación entre el protagonista y ella me resulta un poco lejana. Supongo que cuando veo el personaje de Flores veo antes a una torera que a una persona.

Cuando Benigno se revela un acosador se plantea como un tipo con ciertas manías. Por supuesto es normal que él lo cuente como si no fuera algo realmente grave, pero lo que llama enormemente la atención es que la película juzgue tan positivamente todo lo que hace con la paciente. Aquí hay un punto a alabar y es cómo narra la violación al cuerpo. Ya que la película parece negarse a mostrarlo como algo negativo al menos se muestra con una secuencia de cine mudo bastante interesante.

Ya que hablamos de cine mudo: en cierto momento un personaje alaba el cine mudo. Dice que le encanta. Si Almodóvar lo tiene en tanta estima, podría aprender de él y no llenar sus películas de diálogos. Sobre todo si los personajes no van a decir nada emocionante. Por ejemplo la escena de Benigno y Geraldine Chaplin. Comprendo que hay que presentar a su maestra de danza, pero este diálogo es lamentable. Por cierto, es un diálogo que colabora a blanquear a Benigno, por lo menos puede hacerlo para alguien a quien Javier Cámara le caiga mejor que a mí.

La película está llena de mujeres, pero los protagonistas son hombres. Todas las mujeres que aparecen con un papel relevante lo tienen en tanto que repercute en la vida de los protagonistas. Todas las mujeres de papeles más pequeños son o enfermeras que malmeten de sus compañeros o porteras cotillas. Tópicos que de ninguna manera generan mujeres interesantes.

Los dos protagonistas masculinos se dicen muy amantes de sus parejas. Hay aquí un paralelismo con el toreo. Para rendirles pleitesía necesitan tenerlas agonizando. Un discurso que se parece en extremo a aquel mantra de que el toreo es un homenaje a toro.

Por último la película termina con un tipo con claros desórdenes mentales peligroso para la sociedad que decide quitarse la vida de forma voluntaria y de una manera poco dolorosa. No entendemos muy bien por qué, la película considera esto un drama.

Hay un personaje con apenas dos o tres frases que está interpretado por un actor de doblaje. El efecto que se genera descoloca muchísimo. Estamos oyendo una voz que de costumbre procede de una boca que se mueve a otro ritmo distinto al de las palabras que pronuncia. Además la entonación con la que habla recuerda mucho a los tonos artificiales producidos al intentar emular al actor americano original.


sábado, 20 de julio de 2019

SUSPIRIA

Dir.: Dario Argento
1977
101 min.

Una de las películas con las que más miedo he pasado. Las películas que realmente me dan miedo son aquellas que te han demostrado que no puedes estar preparado para nada de lo que pueda ocurrir en ellas. Esta peli desde su primera escena de miedo ya deja muy claro que va a ir sin frenos.

Cualquiera que me dijera que va de una academia en la que hay una fuerza maligna y que una chica nueva llega y derrotará al mal que mata a los alumnos recibiría enormes dosis de indiferencia por mi parte. Sin embargo es sumamente sorprendente a cada escena. Aparte del enorme atractivo visual hay muchísimos detalles que nos permiten obviar la simpleza de la trama. No deja descanso. Cuando sientes que una escena está llegando a su fin no puedes relajarte porque el plano de la siguiente puede ser un exordio para cualquier locura que nos haga retirar los ojos de la pantalla.

En los primeros momentos, antes de que seamos conscientes de la trama de la peli, se nos presentan varios planos visualmente muy interesantes. La chica parando un taxi bajo una lluvia de un caudal absurdo. El bosque de árboles azules por la luz nocturna con troncos verticalísimos y con un ojo de pez muy forzado. El rojo rojísimo en la pared la primera vez que vemos la academia iluminado con gran maestría porque cuando vemos la academia a la luz del día ya no es lo mismo. Los interiores muy desasosegantes, presentados de forma impresionista, casi como un plano de Jodorowsky. Especialmente en los interiores hay un aura de película anticuada bastante indescriptible así como ocurre al ver “Carrie”.

Hay algunos recursos que sí son identificables como elementos ahora anticuados como la sangre a todas luces excesiva, los zooms muy exagerados y no siempre tan efectivos como se quiere. La música… La música hoy en día sería impensable en una peli de miedo pero funciona tremendamente bien.

Las luces en general llaman bastante la atención, hay rayos de todos los colores. Los pasillos de un rojo muy machacante ya que son de paredes rojas iluminados por luces rojas. En las paredes de colores menos agresivos se hacen mezclas de colores muy interesantes, así como contraluces sorprendentemente bien ejecutados. Ante la actual hegemonía del contraste entre luz naranja y luz azul se agradece la creatividad de muchos de sus planos. El contraste predominante es el rojo y azul pero hay alguno mucho más trabajado de rojo, verde y celeste: precioso. Incluso está muy bien tratado el pasillo amarillo, un color bastante difícil.

Hay una escena maravillosa, bastante onírica de una chica que va a ser asesinada por una navaja sostenida por no importa muy bien quien. Cuando desesperadamente se encierra en una habitación vemos asomar la cuchilla, que con gran paciencia abre cuidadosamente el pestillo. Hay una conjunción perfecta de ritmo y actuación donde la chica acepta de una manera demoledora que no tiene escapatoria. Y realmente queremos que se salve, algo que infrecuente en el slasher.

Otra genial escena es la de un ciego en una plaza gigante con dos únicos edificios neoclásicos. Hay una presencia extraña que nadie es capaz de identificar pero que causa un terror mayúsculo. Está maravillosamente ejecutada. El desenlace de la escena muy propio de la época nos saca un poco de ella pero es genial todo lo que lo precede.

La amiga de la protagonista interpretada por Stefania Casini tiene la mejor interpretación de la peli. Es especialmente importante porque la peli recurre mucho a la verbalización. Esto es magnífico porque reduce drásticamente la duración de la peli y permite mantener la tensión. Hay una escena en la que cuenta sus sospechas acerca de la directora de la academia de una forma estupenda. El texto no es muy maravilloso pero la interpretación es magnífica.


viernes, 19 de julio de 2019

ANA DE DÍA

Dir.: Andrea Jaurrieta
2018
105 min.

El título de la peli hace referencia a la película de Buñuel, “Belle de jour”. A su vez, éste hace referencia a “Belle de nuit”, eufemismo para decir prostituta. No he visto la película de Buñuel, pero me atrevo a decir que debe tener un argumento parecido al de “Ana de día”.

El argumento es bastante sencillo, una chica que abandona su vida perfecta y tradicional entra a trabajar en una especie de cabaret donde se verá convertida en prostituta casi por accidente. El principio de la peli es de un tono de thriller, solo para meternos en la trama. Se dice que la protagonista ha encontrado a una doble que está llevando su vida. La verdad es que para ser algo tan anecdótico en la peli está tratado con mucho cariño. La música es tensa, las actuaciones son buenas… Un prólogo muy bonito. Se pasan los créditos y se hace con don columnas unidas por puntitos, un formato de créditos muy poco habitual en el cine independiente.

La productora se llama “No hay banda”, en referencia a “Mulholland Drive”. “Ana de día” no es una peli Lynchiana, pero sí hay unos pocos guiños a su cine. Por ejemplo el cabaret donde trabaja lo vemos la primera vez como el club Silencio de “Mulholland Drive”. La primera llamada telefónica a su casa en la que habla con ella misma recuerda a la llamada del hombre misterioso de “Carretera Perdida”. Por suerte la peli no es un desfile de referencias. De hecho la estética del cabaret muy pronto se acerca más a lo que vemos en “Cabaret”.

La primera actuación de la protagonista en el cabaret es muy bonita pero es un pegote en la película. En todo momento el local se ha considerado inspirado en el aire de los años 20 y 30 de Estado Unidos, sin embargo la primera actuación que vemos es con música electrónica y con un montaje muy dinámico y muy poco acorde con la idea de cabaret tradicional.

Las actuaciones, como nos acostumbra el cine indie español son muy naturalistas. Especialmente la de la dueña de la pensión. Aunque la actuación sea excelente, su personaje se comporta de cierta forma no muy coherente y que nos hace rechazar un poco lo que vemos en pantalla. Es la dueña de la pensión y por tanto la protagonista es su cliente: no hay motivo para la relación maternofilial que se establece al final de la peli. La conversación que tienen es un gran apoyo para el discurso de que la sociedad te obliga a ser buen hija (incluso cuando huyes de tu madre). Sin embargo, no está justificada por la trama.

Justamente este discurso final es lo que me resulta menos interesante. Durante la peli ha quedado claro que el motivo por el que cambia de vida es porque está costumbrada a hacer lo que la sociedad le presupone que debe hacer. Pero lo hemos oído muchas veces, no queremos otro discurso revelador al respecto. No creemos que cambiar de vida, cuando ya hay alguien que la está viviendo por ti, sea un acto de rebeldía.

No me gusta mucho la reacción que tiene la protagonista con su amante. Que es amante y además su cliente como prostituta. No me gusta mucho ver una escena donde aparece su desengaño cuando todos en nuestra casa estamos pensando que cómo ha podido equivocarse tanto con la imagen que se ha creado de esa relación.

En la película encontramos todos los elementos del cine indie contemporáneo: los planos que dan saltos, las cámaras sin estabilizar, luces de todo tipo, muy poca profundidad de campo… Pero no hay saturación de ellos.

Es muy bonito el retrato idealizado que se hace del Madrid nocturno. Con luces de neón, calles estrechas con camiones de la basura que avanzan por ellas como un monstruo que las colapsan, iluminan e inundan…

Alabemos ahora la música a base de ruidos. Muy eficaz en los momentos que la peli parece un thriller. También muy bien el resultado del segundero del reloj un poquito irregular, lo suficiente para crear incomodidad.


domingo, 14 de julio de 2019

AGUA TIBIA BAJO UN PUENTE ROJO

Dir.: Shôhei Imamura
2001
119 min.

La premisa de una mujer de la que brota agua cada vez que tiene un orgasmo podría ser un chiste o una poesía. Conociendo la forma de proceder japonesa nos inclinamos por la poesía. Además atrae a los peces y nos remite a la figura de la mujer como creadoras de vida. Lo cierto es que cuando se ejecutan estas escenas no hay lirismo por ninguna parte. La música es cómica y el agua brota como lo hace la sangre en una película de Tarantino. La comedia se ve acentuada al poner el poco original gag de que el sexo hace a un hombre común correr más que a un africano para el que ganar una carrera supone una nueva vida en su país natal.

La película es muy lenta. No puede ser de otra forma ya que la trama es muy corta. Realmente es un romance con el punto del sexo. En vez de me quieres solo por mi cuerpo la película toma me quieres solo por mi rareza. Pero no hay un gran desarrollo. Realmente me resulta más interesante la trama de la abuela que espera a su novio desde hace años y al descubrir que está muerto vuelve a su casa que el romance entre los dos protagonistas.

La fotografía no es muy llamativa. Colores apagados por culpa del analógico y un ruido en la imagen muy poco sugerente.

Sin embargo hay tres momentos muy divertidos. Por desgracia también son cortos. Hablo del momento psicodélico, cuando el protagonista se ve en una especie de vuelta al útero. El momento de la visita al centro de neutrinos donde se exponen las virtudes del agua pura para el conocimiento del universo y los neutrinos, pero sin embargo asquerosa para el consumo humano. Y el momento onírico, donde se hace una apología de la vida sexual como elemento que dota de sentido la existencia.

Es extraño que un hombre tan pensador como el que aparece muerto desde el primer plano de la peli haya llegado a la conclusión de que el sexo es lo más valioso de la vida. Esto se explica cuando conocemos que se ha acostumbrado a un sexo repleto de agua, fuente de vida…

Un poco aburridos todos estos mensajes y, en consecuencia, la peli en general.


sábado, 13 de julio de 2019

LA FAVORITA

Dir.: Yorgos Lanthimos
2018
121 min.

Es una historia de palacio en Reino Unido durante una guerra contra Francia. La película decide ser rompedora y nos muestra las cosas estrafalarias que se realizan en los salones de palacio. Para ellos se limita a poner frases que rompen las buenas formas dieciochescas. Con la primera a lo mejor sonríes en la butaca pero la densidad de estas frases hace que pierdan cualquier efecto. El personaje de la reina, que se la supone la persona con más compostura, es el más exagerado. En muchas ocasiones repugnante, grotesco y estridente.

Las otras dos actrices están muy bien. Pero su historia me interesa bastante poco.

Todo lo que llama la atención de esta peli es formal. Lo cual no es muy positivo. Los ojos de pez con aberraciones loquísimas sí son rompedores con la rectitud propia de estos palacios. A esto se le añade que suelen estar en ángulos muy poco canónicos. Las cámaras hacen movimientos inesperados. Giros, trávelines, contraluces, contrapicados… Pero no puedes esperar que el virtuosismo de la cámara te entretenga durante dos horas.

Hay que alabar la valentía de ciertos planos o escenas. Alargados hasta la extenuación del público y aumentando la tensión. En especial me refiero a este tema musical que alterna una nota grave con otra aguda y se repite durante mucho rato. También esta transición de escenas en la que se oye el diálogo de la siguiente escena bastante segundos antes de que veamos el cambio de las imágenes.

La época que retrata esta peli suele tener la habilidad de provocarme rechazo instantáneo. Esta peli no es una excepción. Además no muestra nada positivo de ese modo de vida. No hay nada que pueda resultar atractivo de ese mundo.

La relación lésbica de la peli se presenta de forma muy curiosa. La primera vez que vemos a dos mujeres enrollándose aparece como un gag. Y de hecho hasta que la peli muestra una relación lésbica como algo normal en la trama transcurre mucho rato de película.


viernes, 12 de julio de 2019

ASÍ EN EL CIELO COMO EN LA TIERRA

Dir.: José Luis Cuerda
1995
90 min.

Película acerca de un Dios que ve cómo la humanidad no ha prosperado desde la bajada de Jesucristo al mundo y piensa en organizar un Apocalipsis para remediarlo. La premisa de la película puede ser blasfema pero no creo que lo sea la película. Es irreverente pero no por ello irrespetuosa. Supongo que un religioso no estará de acuerdo con esta afirmación.

Tenemos un mundo con unas reglas muy concretas. En una película fantástica al uso se dedica una cierta parte a explicar el funcionamiento de este mundo. En esta peli no hace falta porque su lógica se rige por la tradición cristiana que está presente en la sociedad actual y todo el mundo la conoce. Esto da gran protagonismo a la trama frente al mundo fantástico.

A los asuntos religiosos no se les dedica mucha atención y gracias a Dios. Apenas hay chistes blasfemos que sean novedosos y que funcionen. No hay mucha crítica a la religión que se pueda hacer en una película ligera. Por eso está muy bien planteada esta peli. Está hecha sin intención de ridiculizar y el tono siempre es jovial.

La película tiene principalmente dos temas musicales: uno de cuerdas y otro de vientos metales en tono de charanga. Cuando el segundo aparece no suele funcionar demasiado. Porque aunque la peli es una comedia, no es el disparate que es “Amanece, que no es poco” (de hecho cuando se hacen un par de referencias a “Amanece…” no funcionan muy bien). Además los vientos metales juraría que están sintetizados y no son muy bienvenidos en la película. El tema de las cuerdas es mucho más alegre y bonito. Al fin y al cabo la historia es de amor de un padre (celestial) hacia sus hijos.

El reparto está estupendo. Las actuaciones, como no pretenden ser graciosas, son en muchas ocasiones tiernas. En el caso de Luis Ciges muy tiernas. Pero Fernando Fernán Gómez está muy bien en su papel. Con la severidad de un Dios pero con el amor propio de un padre. Sorprendentemente bien está Enrique San Francisco en un papel bastante breve de arcángel San Gabriel.

Cada escena de la película parece que está narrada por el propio José Luis Cuerda, con la misma buena intención y buen humor.


domingo, 7 de julio de 2019

LOS COMULGANTES

Dir.: Ingmar Bergman
1963
80 min.

La escena de arranque de la peli es de lo más maravilloso que podría esperar de Bergman. Una iglesia diminuta en un pueblo pequeño todo cubierto de nieve. Apenas 10 fieles. El cura muy serio, todas las imágenes románicas, algunas tallas deterioradas. Solo la imagen ya resulta atractiva. A esto se le suma el tono lúgubre habitual en la Iglesia. Todo el mundo serio, las señoras mayores tienen el acto religioso como una costumbre muy antigua. Algunos se saben los ritos de memoria, otros no tanto y después descubrimos que no son muy asiduos. Es algo genial.

Destaca entre el público de la iglesia una chica que mira el altar con ojos llenos de devoción. Aquí es cuando la religión saca pecho. Dios no está para ayudar a la gente. Ella es la distinta y la que tiene el aspecto más repelente de toda la sala. Dios es un asunto filosófico de enorme gravedad, críptico y abstracto. Esta es la visión que me resulta más sugerente de la religión y es lo que impera durante toda la película. Sin una intención de ser irreverente o de proponer una revelación la película plantea a un cura que tiene esta convicción. Podría venirnos a la cabeza “San Manuel Bueno, mártir” pero el conflicto del protagonista es muy distinto. En la película no solo ha perdido la fe, sino que además no tiene una voluntad de ayudar a los demás. Ni siquiera es alguien que siga siendo cura para dar apoyo a los fieles.

Este conflicto se muestra en una escena maravillosa donde un hombre va a ver al cura empujado por su esposa para obtener consuelo. Cuando termine de hablar con el cura se suicidará. En esta escena vemos al cura derrumbarse. Sabemos que esto ocurrirá desde las primeras palabras. Sin embargo cuando se revela que no tiene ni un ápice de fe, nos resulta sorprendente. Esos planos con ángulos extraños. Acercándose a los rostros por caminos casi verticales. Además hay un juego en la fotografía de ambos rostros muy curiosa. La cara del cura, clara. El hombre que viene a verle lleno de sombras, pero sombras muy grises. Nada negras, no es un hombre hundido, ni miserable, solo sombrío porque ha perdido la esperanza.

La escena de la primera misa es algo larga en el mejor de los sentidos. Nos hemos acostumbrado al ambiente de la Iglesia. Cuando aparece por primera vez un termo con café nos parece algo anacrónico en la película, como un objeto metálico y brillante venido del futuro. Sin embargo es al revés: la iglesia es lo que tiene un aspecto absolutamente arcaico comparada con el mundo contemporáneo. Ayuda a dar esta impresión la mirada del cura a los fieles mientras comulgan. Ellos arrodillados ante él y con sus ojos serios como piedra clavados en los feligreses. Es una actuación del cura magnífica.

Hay un conflicto entre el cura y una mujer que me interesa regular. Sobre todo porque se basa en suposiciones que viven en la mente de la mujer. Ella considera que tienen una relación idílica, pero nunca ha ocurrido nada que lleve a pensar eso. Ella me cae horriblemente mal. Después él me cae horriblemente mal cuando la destroza con la larga lista de cosas suyas que odia. En esencia no la odia a ella, sino a las personas. Para narrar estas expectativas de la mujer se utiliza un trauma del pasado. A Bergman le encantan los traumas del pasado. Siempre se narran en monólogos con gente penando y me dan un poco de pereza.

Culmina la película con el cura empezando la misa para una iglesia vacía. La religión es espectáculo en cierta medida. De hecho esa forma de encender las luces detrás del altar parece un tramoyista entre bambalinas en un teatro. Entonces el cura empieza la misa como recitando su texto, en un gran momento.


sábado, 6 de julio de 2019

PLANETA PROHIBIDO

Dir.: Fred M. Wilcox
1956
98 min.

Supongo que esta película luce mejor en un autocine al que has ido en un descapotable y un poco borracho. La película en general se ve antigua y muchos diálogos referidos a la protagonista femenina refuerzan esta sensación. La actriz tiene 26 años y actúa como si tuviera 15 y lleva constantemente minifaldas. Su inocencia nos pone muy nerviosos pero sin embargo es el único sustento para la primera escena romántica entre el comandante y ella.

Resulta muy curioso ver a Leslie Nielsen haciendo un papel cuya carrera posterior se basaría en parodiar. En películas como “Aterriza como puedas” resulta gracioso porque todos los chistes los dice con absoluta seriedad. Esta misma seriedad e intensidad en la mirada es omnipresente en esta peli. Es un héroe que sin ningún motivo enamora a la chica y es el más prudente y por ello sobrevive y bueno, demás incidentes que le engrandecen.

Es alucinante la tremenda aspiración moral de la peli. Esa civilización que ha conseguido ser perfecta pero tiene unos monstruos donde resuden toda la negatividad de su subconsciente. Por supuesto se verbaliza la frase no somos dioses. Estas enseñanzas nunca me han gustado mucho porque vienen a ser un analgésico contra nuestras imperfecciones. De hecho, el villano no es malo. De hecho es muy bueno y muy inteligente. Su único pecado es querer ser demasiado bueno. Es alucinante que se pase toda la película hablando de su gigantesco coeficiente intelectual y después sea un humano normal quien resuelva la trama.

Llama mucho la atención la música. Es lo primero que percibimos de la peli. Sonidos electrónicos sacados prácticamente de una parodia. Después vemos unos títulos de crédito en un amarillo saturadísimo y con letras que se deforman para darle un aspecto más espacial. Los ruidos espaciales no paran en toda la peli. Da igual qué sea lo que ocurre en pantalla. Parece que alguien compuso hora y media de ruidos electrónicos, después rodaron la peli y los hicieron encajar. Ni siquiera hay corte en la música cuando se cambia de escena.

El género es ciencia ficción y por lo tanto hay que introducir ciencia. Y se hará sin ningún tipo de justificación. Es muy divertido cuando un personaje habla mirando a una pantalla diciendo cosas como electrones, neutrones y radiación sin ningún sentido. En el villano ocurre algo parecido: él es un doctor en filología; sin embargo sabe muchísimo de ciencia y fabrica un robot él solo. Robot que desempeña el papel del secuaz de un científico. Por supuesto también hablan siempre que pueden del coeficiente intelectual, cabe señalar que nunca hablarán del coeficiente intelectual de la chica.

Los efectos especiales no son ningún prodigio pero tampoco son lamentables. Por ejemplo es alucinante ver los rayos salir de las pistolas. Sujetan las pistolas con intensidad nula y salen rayitos de la punta, como una pistola de pompas de jabón. Lo que está muy logrado, aunque solo sea por comparación, es la primera vez que vemos al monstruo. Cualquier muestra explícita habría sido muy poco creíble, por tanto lo único que vemos es su perfil iluminado por los rayos que le atacan.


viernes, 5 de julio de 2019

TOY STORY 4

Dir.: Josh Cooley
2019
100 min.

Después de la pequeña decepción que fue “Toy Story 3”, tenía cierto miedo al ver esta. La primera escena de la peli ya nos deja absolutamente asombrados con la calidad excelsa de la animación. Ese plano de un bordillo de la calle, de noche, alumbrando el asfalto con una linterna es de un realismo impresionante.

Las historias de Pixar nos podrán gustar más o menos pero está claro que saben muy bien cómo hacer una peli. Conocen su público y conocen sus sagas. En apenas tres o cuatro planos se nos recuerda cómo los juguetes fueron regalados a una niña cuando Andy creció. Pero insisto en que esto ocurre rapidísimo mientras escuchamos “You’ve got a friend in me”. Quien no recordara la trama tiene la información necesaria para entender las referencias que se harán durante la peli. Quien sí la recuerde está muy ocupado escuchando la nostálgica banda sonora como para aburrirse.

La primera escena de juego de la peli sigue los esquemas de las anteriores películas en un claro ejercicio de coherencia interna. Si en la tercera película nos salíamos de los escenarios conocidos, en esta cuarta aún más. Es muy hábil esta escena para transmitir la sensación de que seguimos perteneciendo al mismo universo.

Al poco tiempo de empezar la peli, Woody va al colegio con su nueva niña, Bonnie, a pesar de que lo tiene prohibido. Es algo necesario para dar pistoletazo de salida a la trama. Pero, si no recuerdo mal, Woody era un personaje con un sentido del deber muy fuerte y que no hace muchas temeridades. No es demasiado típico de él.

La película hace un esfuerzo muy evidente en sacar personajes femeninos. Es muy bonito ver que esto se realiza sin que nos parezca extraño. Por no mencionar que el personaje de la pastorcilla, Bo; que en la primera película era la compañera de Woody, está completamente desatada en esta. Ella es quien le hace cambiar de opinión a Woody y hay un momento tremendamente empoderador cuando se quita la falda. Por no mencionar el detalle de un niño jugando con un hada al fondo en un plano.

Los villanos en esta peli son un poco extraños. Para empezar dan bastante miedo. Se hace el camino contrario que en la tercera película. Aquí empiezan siendo malos y después hacen una especie de “el fin justifica los medios” y se convierten en personajes positivos sólo porque Woody siente afinidad por ellos. Hay un par de sustos bastante importantes protagonizados por los muñecos ventrílocuos. Disney sí tenía este espíritu de introducir en sus películas elementos oscuros, pero no tanto Pixar. Las escenas de acción me cansan un poco. Todos nos imaginamos quién va a salir ganando y ni siquiera son demasiado espectaculares.

El personaje de Forky es muy divertido. Me parece muy positivo que hayan aceptado que la función del personaje es cómico y no sentimental, que, conociendo los últimos trabajos de Pixar, era un pastel tentador. Esa obsesión que tiene al principio con la basura antes de aceptar su condición de juguete nos da unos momentos divertidísimos. El diálogo con Woody en el que le hace cambiar de opinión es completamente natural, no hay imposturas y comprendemos sin ninguna suspensión de la incredulidad (más allá de aceptar que un tenedor hable) el cambio de mentalidad de Forky.

Hay unos secundarios magníficos. Por ejemplo el motorista canadiense. El Madelman esquiador, con una aparición brevísima pero con uno de los momentos más graciosos de la peli. Hay un cameo del muñeco de hojalata procedente de aquel corto de Pixar que ojalá fuéramos capaces de olvidar. Cuando la muñeca mala se pinta las pecas es una clara alusión a la mítica escena del arreglo de Woody. No me parecen tan graciosos (salvo la escena evidente) los dos peluches de feria obsesionados con tener un niño. ¡Todos los juguetes quien tener un niño! ¡No necesitamos más personajes así!

Aunque el final es un poco sentimental para mi gusto, dado que teníamos el precedente de “Toy Story 3”, no está tan mal.