viernes, 29 de diciembre de 2023

EL CLUB DE LOS CINCO

Dir.: John Hughes
1985
100 min.

Es muy difícil pillarle el tono. Empieza con unos créditos con personalidad en su música y su estética. Pasa a una serie de planos a la entrada del instituto con una factura de telefilm. Propone una premisa muy interesante: pocos personajes en un espacio y tiempo reducidos. La mayor parte de la estancia se desarrolla con diálogos y puesta en escena que parecen imitar al teatro. Se justifica que los personajes entren y salgan de las conversaciones con las mismas convenciones que en el teatro. Si un personaje abandona la conversación simplemente pasa al fondo de la escena, o se hace a un lado. Incluso la manera en la que se posicionan los personajes parece diseñada para que un abstracto público que ocuparía la pared hacia la que miran todas las mesas de la biblioteca pueda ver todo lo que ocurre.

Además es muy estadounidense por la clase de conflictos que plantea. Ese consenso en virtud del cual los alumnos de instituto son una sociedad fuertemente encasillada en un sistema de castas en seguida genera distanciamiento desde mi experiencia de europeo sin pasillos de instituto con taquillas. No sólo esto: también juegan un importantísimo papel las figuras parentales hiperexigentes. De hecho son las causantes de todas las actitudes de los personajes. Es casi un determinismo al estilo de Stendhal en el que así te moldean tus padres, así resultas tú. Todos los personajes parecen odiar lo que son. Algo que resulta del todo risible en el caso de la niña pija. Mientras un chico de clase social baja, de camino a convertirse en presidiario, que sufre lesiones por un padre violento expresa su situación, una niña cuyos padres viajan por Europa dice que tampoco le gusta lo que le ha tocado vivir. Lógicamente sus compañeros, se ríen de ella.

Es extrañísimo el final de la película. En el que los personajes buscan una extraña redención. Por si el público biempensante no fuera capaz de que no se llegue a juzgar y condenar una indumentaria totalmente negra en una chica joven que no es un personaje negativo, se decide sonrosar sus mofletes, abrillantar sus ropas y quitarle el pelo de la cara. Dando como resultado algo grotesco dados los ademanes del personaje. Como, supongo, no hay espectador que pueda considerar que esto es una evolución hacia mejor de este personaje, se decide de forma tan arbitraria que casi disfrutamos con el pastiche, que el chico deportista (y por tanto en una casta superior del instituto) se enamore de ella.

Se forma otra pareja, que podemos asumir sin grandes concesiones porque ya se ha ido tanteando a lo largo de la película. Podemos criticar que ella acepte al chico a pesar de que haya metido la cara entre sus piernas sin consentimiento, pero son los 80. Esta relación no me molesta. Pero lo que es un poco desquiciado es el acto de onanismo del personaje que nos queda. Mientras las inexplicables pero convenientes parejas se besan, el niño que cumple el estereotipo de empollón besa la carta que le ha escrito a su carcelero y que sirve de coda del todo deshinchada.

El discurso lo pasamos porque al fin y al cabo son adolescentes (a pesar de la barba afeitada del chico de clase baja). Uno vive en ese ultra individualismo en el que si cree que la sociedad le exige cosas diferentes de las que él espera, el problema es que uno es demasiado especial en vez de un inadaptado. Me hace gracia cómo ellos reivindican esa libertad y podemos ver colgado del pasillo del instituto un cartel que reza Freedom for all mientras debajo vuelan las rapaces con el escudo del imperio estadounidense. Cuando hacen lo que les da la gana fuman porros o se suben por las escaleras como auténticos gorilas. Esto último que he descrito ocurre de una manera en la que la película por unos instantes parece olvidarse de la línea narrativa. Rompe por completo el tono y se va de madre de una manera que me encanta. Esto ocurre parecido cuando se escabulle por el falso techo del instituto y suena una música como de cine de espías.

No me gusta nada el personaje adulto. Entiendo el público de la película y entiendo quienes son los protagonistas, pero me resulta muy aburrido el tópico de un adulto déspota que intentando causar miedo, termina siendo ridículo.


viernes, 22 de diciembre de 2023

TÍO BOONMEE RECUERDA SUS VIDAS PASADAS

Dir.: Apichatpong Weerasethakul
2010
113 min.

Es un tipo de cine al que le sienta muy mal salir de las salas de exhibición. Esa experiencia inmersiva, radical, que propone es imposible de conseguir en un sofá. Reconozco en esta película elementos que tenían gran efecto en una butaca cuando vi “Memoria (2021)”. Ese fondo de pájaros, casi de ruido blanco. Las conversaciones distendidas. Aunque la descripción pueda cuadrar con los diálogos de Albert Serra, aquí el texto tiene una densidad que él no permite. Los diálogos de Weerasethakul nos convencen de que algo interesante está por decir.

Supongo que hay cosas que saber acerca de la historia de Tailandia para entender las referencias, del mismo modo que en “Memoria” se hablaba de no recuerdo qué hecho traumático de Colombia. Aquí en cierto momento un hombre que está cerca de su muerte se plantea si la enfermedad que le aqueja es el pago que el karma le envía por haber matado comunistas. Quienes se le aparecen son su mujer y su hijo. No sé si hay un largo historial de desaparecidos y que la película fabula como ese icónico hombre simio de ojos rojos.

Es un tópico cinematográfico que es mejor insinuar que mostrar, pero lo cierto es que me parece un momento muy potente aquel en el que por primera vez nos convencemos de que vamos a ver a plena luz al hombre simio. Le hemos visto silueteado, en una sombra negrísima, con esos ojos sin forma de ojo, solo puntos rojos. Cuando camina hacia el porche vemos con incredulidad cómo avanza hacia la luz. Cómo se nos va a revelar el truco. No llego a entender los contraplanos que finalizan muchas de las escenas de varios individuos simio observando.

La escena que queda en el recuerdo, también, es aquella en la que una princesa conversa con un pez en un lago. Un pez que es el que diseña el reflejo con el que ella se ve preciosa y del que se enamora su esclavo porteador. Esta escena es larga y tiene muchos minutos en los que lo único que oímos son los ruidos del monte. Como digo, en casa esto genera dispersión de la atención. En el cine, seguro que habría sido más poderoso. El caso es que todo esto culmina con una relación sexual entre el pez y la mujer. ¿Lo consideramos pretencioso? Pues después de tantos minutos de vacío narrativo es de agradecer.

El final de la película, que parece que se hace menos poético porque el escenario se traslada a un entorno más urbano, tiene una última jugarreta en la que un personaje se desdobla. ¿Cómo se explica? Ni idea. Hay un detalle minúsculo en esta escena que me parece un destello de realidad abrumar. Un monje se ducha y se viste con ropa de calle. En el momento que se está vistiendo se sienta unos segundos a ver la tele en la que se muestran imágenes de procesiones militares por la selva. La manera en la que olvida lo que está haciendo y se queda absorto por la televisión es de un naturalismo tremendo.


viernes, 15 de diciembre de 2023

YO, LA PEOR DE TODAS

Dir.: María Luisa Bemberg
1990
105 min.

Fundamentalmente narrativa. Continuamente le pasan cosas para trazar un personaje con ansias de libertad. Que, para saciarlas, hubo de recluirse en un convento. Los malos son muy malos. Nunca hay grises. La Iglesia es represora y sus miembros disfrutan con ello. La piedad es solo la excusa para dar rienda suelta a su misoginia. Me canso muy rápido de esta mujer tan sufriente y tan impotente. Ella no es luchadora y sólo nos queda verla pasar penurias siempre que sus virreyes protectores no estén ahí.

Sólo hay un momento en el que vemos a Juana revelarse contra sus opresores: aquel momento extremo en el que agarra de las ropas al arzobispo. Hay una alegría muy visceral al verla hacer eso. Del mismo modo que gusta mucho verla prepararse, presumida, cuando vienen a visitarla sus partidarios dentro de la Iglesia. En sentido opuesto nos invade una gran rabia cuando arde su biblioteca.

Hay pocos momentos en los que se tomen decisiones llamativas en la dirección. El escenario casi nunca se aprovecha. Los actores se posicionan y el desarrollo de la acción se vuelve casi teatral. Los escenarios son austeros, podrían recordar a los muros de “La pasión de Juana de Arco”.

La velada relación lésbica entre la virreina y Juana resulta sugerente hasta el punto álgido en el que ambas se besan. Diría que mientras va aumentando la tensión entre ambas según Juana se quitas las piezas de su velo, la escena se carga de energía. Siendo la consumación un tímido beso, hay algo que se desmonta ahí. Hay que señalar la belleza de ambas actrices.

Me parece un poco torpe el primer encuentro entre el virrey y Juana. Que él recite el celebérrimo Hombres necios que acusáis me parece un favor al público. Se le hace partícipe de la escena.

Es muy sorprendente la crudeza con la que están grabadas las imágenes de la plaga de peste. Todos los fluidos corporales anegando las camas… Una escena muy impactante al compararla con lo comedida que ha sido el resto de la película. En este ambiente ella decide culparse de todos los males que asolan México. Al parecer lo hace sinceramente. Pero a mí me resulta muy fácil verlo como una provocación.

La película no hace ningún esfuerzo por mostrar el paso del tiempo en el físico de los personajes. Como resultado sólo vemos un cambio en el hijo de los virreyes. Vemos cómo avanza en su niñez mientras el resto están exactamente igual.

No sé cómo era el relato imperante acerca de la conquista de México en el año de estreno. Pero ver hoy en día a una mujer tan reivindicada por México y verla arrodillarse ante los conquistadores españoles es impresionante.

Otra imagen que me gusta mucho es la última conversación que tiene con Sigüenza. Ella ve sus libros publicados por primera vez; él se los ha traído de España. El rostro de él aparece medio en penumbra. El resultado es que sus ojos a través de las gafas redondas son pura negrura. Es una imagen con una decisión estética muy diferenciada.


jueves, 7 de diciembre de 2023

GOAT STORY

Dir.: Jan Tománek
2008
80 min.

Lo peor que tiene es su trama. Los primeros minutos son divertidos. Ocurren cosas bastante descacharrantes. Creo que una película suficientemente corta se habría sostenido con este tono. Sin embargo, empiezan a aparecer unos conflictos que tampoco terminamos de entender y que no nos interesan demasiado. Un pacto con el diablo, el escultor que debe hacer las veces de relojero… Todo esto ocupa mucho tiempo y la película lo narra seriamente.

Hay pequeños elementos durante casi todo el metraje que siguen recordando el carácter punk de la película. Como el soez niño encargado de decirnos cuántos días quedan para la inauguración del reloj. También el ser que es una bola peluda con patas y ojos. Admiro que la película use este bicho sin intención de explicarnos nada y sin que aporte nada a la trama.

Toda la estética de la película es fea. La impresión general es que la luz es terrible. Como de una animación por ordenador muy antigua. Claro, llama la atención ver animación pobre viniendo de República Checa dada su tradición en el cine de animación. Sin embargo, sí se ve una clara decisión de diseño en los edificios deformados como en “El gabinete del Doctor Caligari”. También en los personajes. Narices grandes, cabezas desproporcionadas, un cura con una cara que recuerda a un escroto… Ello por no mencionar a Katy.

Katy es sin duda la apuesta fuerte de la película. La idea de introducir en una película, a priori, infantil un personaje con unos pechos tan desmesurados. En general toda ella es voluptuosa; aunque no es el único personaje femenino de grandes pechos. Sus pechos no son accidentales ya que de ellos extrae los clavos que son parte fundamental en la trama. Lo que resulta delirante y divertido es cuando de su escote extrae una lechuga del mismo tamaño que sus senos.

Con respecto a la cabra es un personaje muy extraño. Tiene unas ubres con una cinemática algo incómoda. Como también resulta incómoda la manera en la que comparte lecho con el hombre protagonista. La cabra tiene conversaciones como si fuera un personaje humano, pero a la vez sirve al hombre como si fuera su animal, pero también siente celos como si fuera su pareja sentimental… Raro e incómodo.


viernes, 1 de diciembre de 2023

MULHOLLAND DRIVE

Dir.: David Lynch
2001
147 min.

Mi película favorita de Lynch. Al revisitarla puede ser que se haya quedado por debajo de “Corazón Salvaje”, pero sigue gustándome mucho.

No quiero obviar la calidad del pase de la película en el cine Doré. La proyección era en 35mm algo que me pone muy contento pero a ratos el celuloide estaba muy machacado y el cambio de los rollos no debía ser tan dinámico como debería. Ha empezado con el sonido muy flojo. Los bordes de la imagen tenían muy mala definición y, si querías leer los subtítulos no se veía la parte superior del cuadro de la peli. En cada rollo nuevo había que reajustar la altura de la proyección. Se ha repetido un trozo de unos 15 minutos tras saltarse uno de 10. Justo antes de la escena del club Silencio ha habido un parón de 30 segundos. Eso es ominoso porque el cambio entre la escena de cama y el club silencio es mágico. Con un parón de ese estilo, la escena está prácticamente muerta. Por suerte se ha repetido y se ha proyectado fluidamente.

Vayamos a la película. Había muchos trozos, especialmente al principio que no recordaba. Hay como una obsesión por dejas claro que hay un interés muy fuerte en que la chica rubia no obtenga el papel en la peli. Pero se dedica mucho rato a la historia del enano mafioso. Y, para quien sabe que eso será poco importante en el resto de la peli, causa mucha impaciencia.

Por otro lado, los minutos desde que termina el sueño hasta el final de la peli, en un segundo visionado se hacen un poco pesados. David Lynch tiene muchas cosas que explicar y, quien ya lo ha entendido se aburre un poco. En una película de Nolan esto no ocurriría nunca. Nolan pondría a un personaje que verbalizaría toda la trama y ya está.

Por mucho que se intente es casi imposible entender toda la película. Aún en esta ocasión los padres en miniatura y que después se convierten en algo aterrador (me he asustado mucho) me han pillado muy fuera de juego. La caja azul… la oscuridad… el monstruo extraño… Pero muy bien de nuevo.


viernes, 24 de noviembre de 2023

¡VAMPIROS EN LA HABANA!

Dir.: Juan Padrón
1985
69 min.

Es alocada. Me gustan los personajes. Me gusta su diseño. Me gustan los recursos de animación. Me gusta la técnica de animación. Sin exigir fluidez consigue un movimiento muy agradable al ojo. El juego de acentos me parece divertido.

Hay varias narrativas abiertas y consigue que me interesen todas. Hay un conflicto amoroso, una revolución política contra Machado en Cuba y todo el tema de la pócima para permitir a un vampiro exponerse al sol.

Me encanta también el papel que tiene la música. Cómo Pepito seduce a las mujeres usando su trompeta. Mientras toca en la noche bajo la ventana de su amada un vecino le grita que deje ya la cornetita. Me resulta muy divertido que las mujeres cuando se excitan seducidas por Pepito se agarran las tetas porque les vibran. Hay un momento en el que la música brilla: cuando Pepito y Lola imaginan su futuro. Es una escena de ensoñación a la altura del final de “La la Land”. También me parece divertido que al enterarse él que es un vampiro, se repite esta misma escena imaginándose estos niños con aspecto cadavérico.

Es divertida la escena en la que vemos el club exclusivo en el que los vampiros beben todo tipo de sangres. Hay tubos enganchados a brazos de hombres borrachos y cada vampiro pide la sangre con el alcohol que quiere. Un experto en sangres prueba sólo el dedo de un hombre y, tras dar su aprobación cuelgan al hombre como si fuera un gotero.

Hay un personaje gallego, el dueño de la empresa de transportes que debe traer los ataúdes de los vampiros europeos a Cuba. Este hombre tiene empleados a unos cubanos que no trabajan y que en su lugar juegan todo el rato a los dados. En un momento dado discute con un cubano por la manera de conducir. Él, como español, le grita: ¡Que si no fuera por nosotros aún iríais en taparrabos! Por otro lado los vampiros estadounidenses están deseosos de abandonar Cuba porque hay muchos negros.

El final de la película, cuando todas las tramas avanzan a gran velocidad el ritmo es demencial. No se deja una pausa en ningún momento. La película va como un tiro, no deja reposar las acciones. Lo cierto es que funciona de maravilla pero uno termina algo exhausto. Precisamente como decide no construir momentos para la emotividad puede llevar a los personajes de un sitio a otro y matar a quien haga falta para finiquitar las tramas.

Hay un chiste en el que en un local de mala muerte dejan entrar a Pepito y Lola en cualquier habitación que ellos quieran. Cuando aparecen los dos mafiosos estadounidenses poniendo el dinero en el mostrador se les echa a patadas porque es un establecimiento para gente normal, ¡freudianos!


viernes, 17 de noviembre de 2023

ZOEY 102

Dir.: Nancy Hower
2023
0 min.

Los personajes son irreconocibles salvo por sus detalles más anecdóticos. Logan sólo nos resulta reconocible cuando lo vemos con una camiseta sin mangas. Chase sólo conserva respecto a la serie el chiste recurrente en el que se choca frontalmente con cualquier cosa. El actor ni siquiera hace el esfuerzo de mantenerse escuálido como su personaje de la serie.

La trama es absolutamente tópica. Son personajes a los que suponemos adultos pero cuyas motivaciones y decisiones son absolutamente propias de adolescentes. Si la película se sostiene gracias a la nostalgia no puedes tener una trama dirigida al mismo sector de la población que la serie: tu público ha crecido.

¿Qué más le da a Zoey que la boda se celebre cerca del plató del reality show? ¡Si pretende trabajar con un pinganillo le da igual dónde estén! Lo del actor contratado para fingir ser su novio y dar celos a Chase no puede estar más manido. El chiste con el que cierra la película, que desvela que el actor es el asesino que anda suelto por la zona nos lo vemos venir desde muy lejos.

El chiste con el que arranca la película: la pedida de mano en la segunda cita está hecho de la manera más torpe posible. En general los chistes no funcionan. No me refiero en cuanto a líneas de diálogo. Me refiero a que son situaciones caóticas, que parecen descartes de la serie. Nunca se ha hecho un esfuerzo por adaptarlas al ritmo de la película. Por ejemplo cuando aparecen con el guaperas de reality con la cara pintada Zoey hace el gag mil veces visto y siempre como fracaso estrepitoso de quien tiene que dar un discurso para distraer a su público de algún marrón que quiere esconder. Para ello hace aspavientos y gestos vergonzantes.

No me creo de ninguna manera que alguien como Zoey, que trabaja en un mundo feroz como las producciones televisivas, no tenga la suficiente asertividad como para manejar esa situación. Es imposible que hubiera durado nada en ese mundo. Por delirante e innecesario me gusta el chiste, con poquísima repercusión, consistente en que el participante del reality pierda la memoria de los últimos 6 meses. Es inesperado. ¿Cómo saben que son 6 meses? ¿Por qué esa pérdida de memoria deviene en esa actitud tan inexplicable? ¿Cómo nadie se da cuenta? ¿Nadie decide llevarle al médico?

Por motivos similares me gusta que la escuela en la que estudiaron resultara un fraude. De alguna manera es un gesto de irreverencia al referente homenajeado. Como contrapartida a los fans se les da el beso entre Zoey y Chase que estaban esperando.

Me parece bastante salvaje cómo se trivializa el alcoholismo de Zoey sobre todo teniendo en cuenta las complicadas circunstancias que Jamie Lynn Spears ha sufrido y que son por todos conocidas. Del mismo modo me parece escandaloso el mundo laboral salvaje que se muestra al final de la película. A modo de broma un productor despide a un empleado a capricho de Zoey y ella traiciona sus principios por un aumento de sueldo.


viernes, 10 de noviembre de 2023

CRISTO

Dir.: Margarita Alexandre
1954
73 min.

Sorprendentemente cinematográfica. Es muy particular. La única película que puedo pensar que se le asemeje es “El muelle”. Pero esta película tiene mucho más de story board. Aquí los planos son los que uno esperaría si la película fuera convencional. Pero todos son cuadros. De alguna manera sirve para darse cuenta de que muchas veces el cine no tiene una idea de cuadro muy distinta a la de la pintura.

Se permite hacer paneos, primeros planos. En los momentos más dinámicos es casi animación. Un mismo personaje aparece en posturas distintas reaccionando a lo que se narra. Por ejemplo, Caifás cambia su expresión cuando Jesucristo confiesa su naturaleza divina.

La narración es bastante rutinaria aunque realizada con destreza. Mantiene un buen ritmo. De toda la prédica de Jesucristo elige contarnos la parábola del hijo pródigo, probablemente la que sea más narrativa.

El momento de estética más llamativa es en el que la turba manda a Jesús a la cruz. Ahí la película se centra en las pinturas negras de Goya para hacer más grotesca la muchedumbre judía. Muchas de estas obras no son religiosas, lo cual pone de relieve la magia del montaje. Aquí la música también juega un papel muy importante.

Antes de que comience la película un rótulo nos avisa que la mayoría de las pinturas que vamos a ver están realizadas por pintores españoles. Excusa los autores extranjeros diciendo que sus cuadros son patrimonio de España. Más le valiera a la reputación de la pintura española no haberse visto involucrada con algunas de las terribles pinturas que se muestran, sobre todo en lo que a Jesús de niño se refiere.

El ritmo se usa con sorprendente habilidad. No es que sea muy novedoso en términos cinematográficos; lo sorprendente es que con imagen fija se consiga ese dinamismo. La película se pausa cuando Jesús muere en la cruz. Aquí es evidente qué permite a la película detenerse: la voz narradora se calla. La música se detiene. Por lo general cada vez que veo una película que me cuenta la vida de Cristo el epílogo de la resurrección es lo que más pesado se me hace. Pero en este caso todavía se habla de lo que hicieron los apóstoles y consigue mantener mi interés.


domingo, 5 de noviembre de 2023

ESTA AMBICIÓN DESMEDIDA

Dir.: Santos Bacana
2023
118 min.

Un making of más que un genuino documental. Había poco material que fuera de real interés y más parece un pase VIP para curiosos que quieran enterarse del intríngulis.

Tiene tres partes muy marcadas, con temáticas muy distintas. La única en la que se trata el tema creativo es la primera parte. Ahí vemos a alguien conceptualizando un disco, reuniéndose con artistas cubanos. Esto me interesa porque veo experimentación musical. Es bonito escuchar el estado embrionario y torpe de canciones hoy consagradas. Me gusta mucho escuchar la pobre y dubitativa interpretación de la introducción de “Muriendo de envidia”.

Las otras dos partes apenas tienen nada de artístico. Entiendo que el título de la película hace referencia a una gira demasiado colosal para llevarse a cabo. Un tipo que tiene unas ideas tran grandilocuentes que se arruina él y quien tiene a su alrededor para conseguir el espectáculo que él tiene en la cabeza. Lo cierto es que nunca me llega esta imagen de “Fitzcarraldo”. Constantemente veo a un tipo que, sí, renuncia a sus ganancias, pero tiene un montón de gente a su lado resolviéndole problemas.

Respecto a la tercera parte es el éxito en que por fin se convertiría la gira. Todo el tinglado que se monta para levantar ese espectáculo. Aquí la producción se vuelve muy profesional y se busca magnificar lo que hay en el escenario. Funciona pero creo que es demasiado comedido. Entiendo que pensando en el público de televisión, la película no se permite dejarse llevar por el directo. Como mucho escuchamos una estrofa de las canciones. En una sala de cine la energía que se produce te permitiría tragarte el concierto entero y cuando las canciones se cortan, me resulta bastante frustrante.

En general creo que hay personajes suficientemente carismáticos a su alrededor. Pienso sobre todo en la familia Carmona. Es gente que se come la cámara con cada aparición. Me encanta cuando están de camino a un concierto, todo el mundo con los nervios a flor de piel y se descubre que uno de los que van a actuar esa misma noche va conduciendo y narrando a cámara la vez que estuvo negociando una actuación para Beckam. Me hace mucha risa cuando están escuchando música callejera, fuertemente percusiva y comentan dos flamencos: están tocando por bulerías.

Me divierte mucho más la historia de los chorizos (con ese comentario de C. Tangana: Es bonito Alcorcón) que todas las desgracias técnicas tocando en América. Prefiero las intervenciones de estas personas que tienen un peso narrativo en el documental que no su séquito, de cuyo trabajo no dudo, pero que parece que su única labor es ser una referencia de confianza para él. Hay un tipo que trabaja en su empresa y cuyo único momento relevante en el documental es aquel en el que pide más dinero por una gira que va a salir a pérdidas. Hay otro mazas que es la persona más flipada del mundo describiendo que para saber lo que necesita Pucho, tiene que vivir como pucho. ¿Qué le vemos hacer? Estar.

No soporto en absoluto a su madre. Me parece una especie de nueva rica, con una especie de altivez de quien tiene la suficiente confianza como para desmontar el ídolo que es C. Tangana. No soy capaz de describir cómo me repele la manera en la que se refiere a su propio hijo como Pucho.

En este sentido, también siento un cierto rechazo hacia la escena en la que se abre emocionalmente a sus amigos en el patio de su chalet de Madrid. Por muchas lágrimas genuinas que haya, no dejo de pensar que eso es un documental autorizado, por lo que lo veo como su fuera un reportaje para la prensa rosa.


viernes, 3 de noviembre de 2023

BANDA APARTE

Dir.: Jean-Luc Godard
1964
95 min.

Es juguetona. Nos da tres personajes sencillos y con los que es fácil encariñarse. Como se hacía en “Al final de la escapada” se juega con el solemne género del cine negro. Igual de quijotesco, los tres personajes están acostumbrados a leer novelas de atracos y juegan a convertirse en delincuentes.

A ese cariño que se tenía a Jean-Paul Belmondo y Jean Seberg se suma el juego que veíamos en “Pierrot el loco”. Tenemos ese maravilloso momento en el que deciden estar un minuto sin hablar y la película prescinde totalmente del sonido. No llega a estar ni medio minuto así antes de que Sami Frey pierda la paciencia. Toda esta escena merece comentarios. El juego de sitios. Cómo ambos amigos se rifan a la chica. La cámara apenas se mueve en esta secuencia y aún así resulta muy dinámica. Cómo bailan los vasos en la mesa… Es una maravilla.

Este momento concluye con el mítico baile. Dura bastante más de lo que uno esperaría. Es una coreografía relativamente corta. Que los tres disfrutan tremendamente. El camarero no deja de hacer su trabajo y los sortea como puede. El vestuario. La actitud de todos ellos… En esta imagen se graba a fuego un icono de la Nouvelle Vague. Me encanta la manera en la que la palmada satura el sonido. Cómo se miran entre ellos. Al acabar esta escena la voz narradora nos cuenta cómo se termina de desarrollar la velada. Cuando dejamos de ver planos de París y vemos de nuevo a la pareja que tiene el protagonismo en ese momento vemos a Arthur caminando de una forma imposible. A mí me resultó muy gracioso y evitaba que se solidificara el género de la película.

La escena del atraco no es menos divertida. El rostro de ambos atracadores cubiertos por las medias que le acaban de robar a la chica. El sombrero de gánster que completa la figura de Franz. No es particularmente cómico el desmadre en el que desencadena toda la acción. Pero sí es maravillosa la muerte de Arthur. Esos giros bufonescos antes de por fin resignarse a morir después de haber recibido suficientes tiros como para estar agonizando en el suelo. Me gusta el epílogo en el que se nos concita a una segunda entrega de la historia de nuestros protagonistas. Es una maravilla todo este juego.

Me gusta mucho también la clase de inglés. Aunque no es particularmente divertido ver cómo confabulan para escaquearse de las clases, sí me gusta el dictado que hace la maestra. Ella lee “Romeo y Julieta” con la intención de que los alumnos lo traduzcan simultáneamente al inglés. Pero se deja arrebatar por la lectura y pone gran intensidad en los diálogos. Tan solo sale de su embrujo de vez en cuando y repite con más pausa la última frase que haya leído.

Me gusta el momento en el que estando en un bar suena de fondo el tema principal de “Los paraguas de Cherburgo” y me gusta que se muestre el letrero luminoso de una tienda que se llama Nouvelle Vague. Me gusta el juego recurrente de ambos amigos en el que Arthur tiene que correr para subirse en el descapotable conducido por Franz y que nunca le espera.


viernes, 27 de octubre de 2023

MARY AND MAX

Dir.: Adam Elliot
2009
88 min.

Película muy sentimental. Muy dramática. Muy efectista pero vaya si efectiva. Es la relación por correspondencia entre una niña en un pueblo de Australia y un hombre con Asperger que vive solo en la claustrofóbica Nueva York. Que vivan en las antípodas lo único que aporta es dificultad para verse en persona. Lo cierto es que la clase de problemas a los que se enfrenta la niña podría darse en cualquier pueblo lo suficientemente aislado.

Ambas vidas son enormemente deprimentes. A ratos el cúmulo de desgracias se hace pesado pero en general consigue que la depresión sea omnipresente. Comete el mismo delito que “Dogville”. El paralelismo con esta obra es evidente por la voz narradora. Esa forma de contar una serie de desgracias tan adultas con un tono tan dulce genera una incomodidad muy parecida en ambas películas. En este sentido encontramos también unos protagonistas que no actúan ante su adversidad. Este es en gran medida el asunto de la película. Que son personajes que se ven sobrepasados por su circunstancia. Pero igualmente genera una frustración en el espectador. Tan cerca de hacerlo bien pero siempre haciéndolo mal.

Ambos ambientes dan una depresión increíble. Nueva York ya lo habíamos visto muchas veces, el ejemplo más claro es “Taxi driver” pero el más semejante que se me ocurre (quizás sólo en estética) es el cómic “Contrato con Dios”. En este sentido se ha producido un fenómeno interesante: la gama cromática de “Contrato con Dios” corresponde a Australia pero el contenido pertenece al del mundo en blanco y negro. En cualquier caso, en ninguno de los dos mundos hay ningún ser que sea feliz.

Es bonito el uso del color. Es muy inteligente cómo cada vez que algo llega a Australia de Nueva York el color gris resalta tantísimo en ese mundo sepia. Era difícil conseguir un contraste con el Nueva York grisáceo y conseguir que fuera igual de deprimente. El resultado es excelente.

Los primeros planos que vemos son panorámicas de las maquetas donde se desarrolla toda la historia. La verdad es que es un mundo solitario pero bellísimo en cuanto a ejecución. Realmente retrata un mundo lleno de fealdad, pero cómo representa todo la película es hermoso.


viernes, 20 de octubre de 2023

ALEMANIA, AÑO CERO

Dir.: Roberto Rossellini
1948
74 min.

Unas interpretaciones demasiado teatralizadas para nuestros estándares actuales nos hacen mirar con escepticismo el apelativo de realismo italiano. Pero lo que tiene una dosis de realidad arramblante es ver una ciudad en ruinas. Todo el escenario es desolador y eso no hay forma de fingirlo. Esa ciudad desprende la miseria que se pretende plasmar en la película.

La copia que he visto tenía serias necesidades de una restauración. Como la cámara pasa tanto tiempo en la calle la película se expone a la luz natural que muchas veces evita que los negros lleguen a ser tan negros como debieran. Yo me sigo sorprendiendo al ver cinematografías más dignas que la estadounidense hacer absolutas peripecias con la cámara en esta década. Me gusta mucho que la cámara entre en cualquier rincón de esa ciudad.

La historia que cuenta es una auténtica penuria. Se muestra a los seguidores de Hitler tras su derrota. La frase más memorable al respecto es cuando un hombre está quitando escombros y dice Éramos nacional socialistas y ahora somos nazis. Lo cierto es que se ve un gran desconcierto en estas personas. Todo ello sintetiza en el niño protagonista. Tras hacer tropelías para ganarse el pan obedece una idea que tiene su origen en los discursos de Hitler. Los débiles deben dejar paso a los fuertes. Entonces lo que hace es envenenar a su padre.

Lo complejo del asunto es que la persona que le transmite esta idea se horripila al descubrir que el niño ha cometido parricidio. Es como si los nazis simplemente hubieran comprado el ideario sin haber llegado a reflexionar nunca en las consecuencias de esas ideas llevadas a la práctica. Ante tal abandono, lo único que le queda al niño es suicidarse. He de decir que esta escena del suicidio me resulta bastante poco interesante. Le quedan pocas salidas a este muchacho y el suicidio se barrunta algunos minutos antes de que acabe la película. Le vemos vagabundear por Berlín hasta que por fin se arroja al suelo. Pero son varios minutos sin apenas suspense. Para más inri tenemos que soportar a un niño hacer gestos de persona adulta atormentada. Ese primer plano del niño sentado en una escalera llevándose las manos a la cara abrumado por la situación es lamentable. Dejando esto a un lado, en ocasiones el deambular de este chico me ha recordado a Jean-Pierre Léaud en “Los cuatrocientos golpes”.

Hay un personaje muy turbio con un par de apariciones muy breves. Me refiero a un hombre de bata blanca que vive en un edificio burgués en el que se esconden muchos otros. La manera en la que acoge a los niños que se acercan a esa casa nos hace pensar que no les depara nada bueno. Mientras que este hombre aparece sólo a llevarse a los niños, el antiguo profesor del protagonista también tiene unas manos suficientemente atrevidas como para que oscurezca a este personaje.

Me gusta el momento en el que los estadounidenses realizan turismo en los lugares en los que ardieron los cuerpos de Eva Braun y Adolf Hitler. En cualquier otra narrativa habríamos acompañado sus carcajadas de manera sádica.


viernes, 13 de octubre de 2023

ARAÑA SAGRADA

Dir.: Ali Abbasi
2022
117 min.

Es bastante pornográfica. Con explicitud se nos obliga a despreciar al protagonista y con explicitud se da muerte al villano. Así todo el odio que hemos acumulado hacia él será visceralmente satisfecho al hacerle colgar de la horca. Incluso se fomenta el disfrute de la venganza al hacer creer al protagonista que se va a salvar. Cree que Dios está de su parte y que no permitirá que nada malo le suceda.

La primera prostituta a la que vemos asesinada yace en el suelo con los ojos inyectados en sangre tras haber muerto de asfixia. Y esto se superará con el asesinato y reasesinato de una mujer más fuerte de lo que este hombre se esperaba. Una mujer que ríe en el suelo con la cara ensangrentada y la mandíbula destrozada.

El argumento es bastante sencillo. Pero la situación que se nos muestra es tan indignante que vemos toda la historia sin pestañear. Hasta el momento de la detención la película apenas baja de intensidad. La luz de las calles es bastante artificial y abigarrada. Toda esta primera parte va como un tiro. Y el cénit es maravilloso. Rahimi, la protagonista interpretada por Zar Amir Ebrahimi es un personaje de gran decisión. Inteligente. No se deja llevar por una rebeldía estúpida ante un sistema tremendamente injusto pero que goza de gran apoyo popular. Me gusta su ligera irreverencia mostrando más cabello del que corresponde.

Resulta llamativa la confianza que tiene el hombre y su familia gracias al apoyo de las masas. Están convencidos de que en periodo electoral el poder no permitirá que una persona tan querida por la gente por limpiar las calles vaya a la cárcel. Creo que en general el equilibrio entre la repudia a las prostitutas y el cumplimiento de la ley por parte de las autoridades es bueno. Al poder judicial no le gusta que la prensa ande husmeando, pero no duda a la hora de imponerle varias penas de muerte. De igual modo el jefe de la policía repudia las actitudes de mujer moderna de Rahimi, pero acudirá a llevarse al sospechoso tras dar con su paradero. Y es que me temía que la película fuera una frustración constante en la que una burocracia excesivamente corrupta impusiera su moralidad a la pareja de protagonistas sin dejarles mucha más opción que observar y sufrir.

Me gusta que el detonante de su actividad delictiva sea lo decepcionante por su paso por la Guerra. Lamenta no ser un mártir y se decide a matar prostitutas por hacer un servicio a Dios. Me gusta que se muestre cómo el heroísmo bélico, cuando no se traduce en la gloriosa entrega que él esperaba, se convierte en frustración. También hay en juego una hombría. Cuando termina en la cárcel el hijo es el hombre de la casa. Se muestra orgulloso de la labor de su padre y, a pesar de ser inmaduro en todos los sentidos, parece henchido al relatar el modus operandi de su padre.


viernes, 6 de octubre de 2023

ADOPCIÓN

Dir.: Márta Mészáros
1975
89 min.

Es pequeña, pero lo que construye es bastante poderoso. La relación entre Anna y Kata es compleja, casi oscura y muy bonita de ver. Aunque se acompañan y se sirven mutuamente de motor, es una relación alejada de la sororidad buenista que vemos con frecuencia en el cine feminista. De hecho la conversación con la que inician su relación se da en casa de Kata. Ella mira por la ventana con melancolía, Anna se apoya en el marco de la ventana mirando hacia el interior de la casa. Una fotografía llena de grises intermedios permite que se vea perfectamente su rostro pero con gran oscuridad. Lo que la hace acercarse a Anna es puro interés propio y, por lo que oímos de su vida, nada nos hace sospechar que haya tenido interés por ninguna otra cosa.

El punto álgido de su enfrentamiento es aquel en el que Anna mete a su novio en casa de Kata a pesar de que ella se lo hubiera prohibido. Kata responde con su característica frialdad pero que en este punto podemos leer como sumisión. Friega, Anna le dice que su novio no puede salir en este momento y, cuando Kata llama a la puerta para pedirle su bata con displicencia Anna, soberbia, le abre la puerta desnuda. El personaje de Katalin Berek recuerda a los últimos personajes de Frances McDormand. Además de la edad, corte de pelo y un cierto parecido, tienen la misma frialdad al actuar.

Me ha gustado también cómo se consiguen elementos tan a foco y con apenas diferencia de profundidad se pierde el foco, pero no por ello se vuelven masas difusas de luz como ocurría en “Escondidos en Brujas”. Es un difuminado sutil, lo suficiente para marcar qué es el centro de la grabación.

Toda la estética de la película es muy moderna (o lo era en los 70). En particular los cortes de pelo de los niños del internado. Será por lo que se solía hacer en la URSS, pero me sorprende mucho oír esos acentos con esa estética. El contraste es mayor al ver que todo se desarrolla en un pueblo. Kata debe caminar por la tierra para llegar a su casa, se oyen gallos, lo poco que vemos del pueblo son casas rurales, pequeñas. Más sorprenderá el contraste con unas ideas totalmente anticuadas.

Los padres de Anna consientan a la boda con su novio. En ese momento el matrimonio se ve como una descarga para los padres. Tras una vida intentando deshacerse de ella, no es que a su padrastro le caiga bien el futuro marido: es que es la manera en la que puede desligarse de ella. De hecho le obliga a firmar que si alguna vez se separan, ella deberá vivir con su marido. Es un patriarcado en toda regla. Más grave es que la madre verdadera de Anna no llegue a opinar nunca acerca del matrimonio. Es casi una concesión del hombre que tiene su tutela al hombre que deberá hacerse cargo de ella. Resulta desolador ese plano casi final en el que están los amigos de Anna bailando en una celebración modesta, casi decadente, saxofón y acordeones con melodía repetitiva, festiva y simple. Ahí tiene su primera discusión del matrimonio, su marido deja la sala y ella se queda llorando en un rincón. Ahí tiene el matrimonio que tanto ansiaba y del que tiene no fácil salida.

Me gustan los dos directores del orfanato, ambos serán invitados a la boda de Anna. Sin ser particularmente cariñosos, mantienen una preocupación por los niños que cuidan y les desean lo mejor. Quedará como una preocupación insuficiente al ver los esfuerzos que Kata hace por Anna. Aquí vemos las pulsiones de quien quiere ser madre: busca cuidar de alguien. Y es algo que no puede hacer con su amante, porque ya tiene una esposa que se encarga de eso. La relación que tienen estos dos también me gusta mucho. Tomando decisiones calmadas. Entendiendo ella las traiciones de él. Interesado pero no malvado.


viernes, 29 de septiembre de 2023

EXTRAÑA FORMA DE VIDA

Dir.: Pedro Almodóvar
2023
31 min.

El mayor problema que tiene es que, para cuando nos hemos encariñado con los personajes, la película ha terminado. No digo que sea un mal final. La película es suficientemente evocadora con un final así: ¿Qué harían dos hombres solos en un rancho? Cuidar el uno del otro.

Quizás por estar tan al principio el fado que canta ese portugués de piel bronceada no tiene la fuerza dramática que la mirada perdida de su intérprete pretende. A él se le ve abstraído y nosotros acabamos de llegar a esa escena, es imposible que hayamos entrado en la narración tan rápido.

Lo que más llama la atención de la película es el escenario en el que los dos protagonistas yacen: la casa del sheriff. Es un diálogo que lleva todo el peso narrativo de la película y que no termina de transmitirme una gran implicación. Las paredes de esta habitación son de un verde muy falso. Hay algo en esta escena que parece que se haya grabado con un croma, pero la iluminación que entra por la ventana de esa habitación sí parece natural… Es un poco extraño de ver. Sobre todo porque es una escena muy desnuda, es imposible no fijarse en algo así.

Aunque las imágenes son apasionadas, la escena de juerga delante de los odres de vino en la que los dos vaqueros homosexuales retozan entre ellos mientras las mujeres hispanas que los acompañan les dejan solos no me transmite un gran romance. Parece más una relación festiva la que ellos tenían. Si consigo creerme que tuvieron implicación emocional es por el montaje de los rostros de ambos hombres al recordar aquellos días.


viernes, 22 de septiembre de 2023

SOLOS EN LA MADRUGADA

Dir.: José Luis Garci
1978
102 min.

Una ilusión al diseñar un país, una sociedad. Una exigencia a un izquierdismo acomodado en su condición de marginados. Un impulso para trabajar por una nueva sociedad. Una cotidianeidad elevada a poesía… Es una película que me ha tenido al borde de la lágrima todo el rato. Los textos que José Sacristán declama delante del micrófono son preciosos y la presencia de voz y rostro le dan la fuerza necesaria para que lleguen al espectador. Una prosodia que poco tiene que ver con la radio, muy teatral, pero que, sin embargo, nos creemos la ficción de que realmente estén en un estudio de radio.

Lo precioso de la película es que aunque su tesis sea el mensaje final en el que carga la responsabilidad de que España avance a la recién liberada sociedad, la antítesis, ese lamerse las heridas, también está hecho con cariño. La manera en la que llora las miserias de una sociedad que goza del desarrollo del tardofranquismo y que, aun así, se ve frustrada, siguiendo las promesas de éxito que su época había reservado para ella. Que todos vacacionan en masa. Que pueden evitar las Semanas Santas lúgubres del nacionalcatolicismo, pueden votar al PCE… nada de eso debe ser el objetivo. Son condiciones de posibilidad para hacer una nueva sociedad. Quizás sea simplemente una nostalgia por un izquierdismo que no viví, pero me resultaba tremendamente emocionante.

En un momento dado en la emisora suena un anuncio. Un anuncio que no publicita ninguna empresa. El eslogan es simple: todas las personas que usted admira son de derechas: ¡Sea de derechas! La película se permite muchas bromas acerca de la derecha española. Me gusta mucho cuando Emma Coen pide a José Sacristán una sucesión de relaciones sexuales cuyo ritmo él no puede seguir. Ella, decepcionada le dice que pensaba que con tanta depresión ahora estaría toda esa generación desatada. Las escenas de cama me parece que aciertan mucho con su texto. No diré que sean diálogos realistas, nadie tiene la agilidad mental para esas frases, pero me gusta mucho todo lo que se habla, las manos inquietas de Sacristán… Me gusta también que la forma de encuadrar estas escenas no busca que los pechos siempre estén en pantalla. Con naturalidad se intercambian los valores de plano sin que haya una decisión evidente de cuánto pecho se ha de mostrar en la cinematografía española recién liberada de la censura.

La música es otra maravilla. Una música de cierta nostalgia. Que suena de fondo mientras vemos los planos de un Madrid que hoy está muy cambiado. Un Madrid vacío a altas horas de la madrugada. Un Madrid con scalextric en la glorieta de Atocha. Tras habernos entregado a este sentimentalismo durante toda la película, el mensaje final no nos juzga por haberlo hecho. Pero nos desafía y nos dice que ya está bien. Que todo el tiempo que dediquemos a esto no lo dedicamos a construir una nueva sociedad.

Me gusta mucho el estilo desnudo de las escenas. Muchas veces con un sonido que dificulta la comprensión de los actores. Cuando lo que vemos es emocionante hace que tome una fuerza mayúscula. Es lo mismo que tan bien funcionaba en “Mi querida señorita” y tan mal en “El crack”. La escena en la que Sacristán y su futura exmujer hablan de cómo es el novio de ella y de las ilusiones de sus primeros años de matrimonio cuenta una trama que no es mi favorita de la película, pero que me parece muy emocionante. No me gusta tanto otra escena que es bastante parecida pero cuenta una historia que no fue. Me refiero a aquella en la que la compañera de trabajo de Sacristán le confiesa que lleva años enamorada secretamente de él. La película trata de convertir a su protagonista en un galán. Una figura que no termina de casar con su actitud derrotista.

Lo que les da una fuerza inusitada a las narraciones de la radio es cuando se atreven al plano secuencia. Aquella en la que él, resentido, cuenta una historia de un matrimonio que ve cómo sus años pasan sin llegar a vivir su vida. Todo esto se cuenta sin cortes. La cámara empieza detrás de él. No le vemos la cara. Hace un giro a su alrededor muy lento, mientras la historia llega a su cénit. Es la solemnidad de lo cotidiano que tanto me gusta. El monólogo final tiene otro recurso para darle intensidad a todo: apaga las luces de contra. El fondo se hace oscuro y sólo le vemos a él iluminado.

En este último monólogo se incita a las mujeres que están en matrimonios que las hace infelices a que consigan el divorcio. Se anima a los reprimidos a que se travistan. En otra escena, en la que Sacristán justificaba ante su mujer los años que había descuidado su casa y su familia por sus largas jornadas laborales, ella reivindica el trabajo que hacía al cuidar de la casa y de los hijos como trabajo no remunerado.


viernes, 15 de septiembre de 2023

ORDET

Dir.: Carl Theodor Dreyer
1955
125 min.

Es muy teatralizada en el sentido de que las acciones ocurren siempre en escenarios muy reducidos y casi toda la fuerza está en el texto. Por supuesto Dreyer es un maestro generando ambientación y todo se sostiene. En particular todos los personajes se creen tanto las situaciones que esa pesadez nos llega a nosotros. Me gusta cómo los personajes siempre parecen arrebatados: por la pesadumbre, la alegría, desolación, ira… Cada vez que un personaje experimenta un sentimiento deja un rostro expresivo y apenas lo mueve.

Aunque cueste creerlo las escenas cómicas funcionan muy bien. No digo que transmitan gran hilaridad, pero resulta divertido ver al padre de la granja indignarse porque el sastre no aprueba la unión de los hijos de ambas familias. Un matrimonio que instantes antes él estaba condenando también.

Los escenarios en general son bastante vacíos dejando a las figuras humanas respirar y separando claramente los bloques aunque estén en la misma estancia. El vacío que más rememoramos es el de la habitación con la difunta. Es una habitación blanquísima en la que las paredes siempre parecen muy alejadas de la cámara.

El contraste entre ambas religiones es curioso. Aquellos que creen que en la tierra puede haber milagros, son los que abrazan la muerte con más énfasis. Los que consideran que la muerte es un regalo porque te permite habitar con Dios. Sin embargo los otros niegan la posibilidad de los milagros bajo el clásico argumento de que Dios no contravendría sus propias leyes físicas. El hijo de la granja Johannes se dice Jesucristo (jesucristus en el idioma original, una palabra que se dice mil veces) y por ello tiene poderes para resucitar a la nuera.

Este personaje es el que habitualmente vemos cuando se ven imágenes de esta película. No es para menos. Vaga con un tono de voz lastimero. Con un palo. Habla con los niños como si estuviera en otro plano astral, pero nunca es tonto. Llama poderosamente la atención. Lo que es aún más curioso es que justo antes de obrar el milagro de la resurrección se constata que ha recuperado la razón. Es divertido que el cambio más significativo que vemos es que ya no lleva su túnica.

Hay una escena totalmente cruda que es aquella en la que la nuera que fallece da a luz a su hijo. Un médico totalmente engominado, de modales secos, en traje está trabajando para que madre o hijo sobrevivan. Cuando tiene que tomar la determinación de sacrificar al niño no se dice explícitamente, sólo muestra unas tenazas que no presagian nada bueno. Pero el momento en el que se nos revela el dramático final es con el padre del hijo acercándose al anciano que espera feliz a su primer nieto varón. Le dice: ya ha nacido. Está cortado en 4 partes dentro de un barreño.


viernes, 1 de septiembre de 2023

EL MAQUINISTA DE LA GENERAL

Dir.: Buster Keaton
1926
74 min.

Las secuencias acrobáticas son lo más impresionante que se puede ver en cine. ¡Qué fuerza le da saber que todo eso ocurre ahí delante! Por muy medido que esté todo, una locomotora tiene una barbaridad de caballos de potencia. La famosa imagen de Keaton sentado en el deflector de obstáculos es alucinante. Ello a pesar de la baja velocidad de la locomotora. Casi diría que, aunque hace que la escena sea menos trepidante, consigue que al espectador le llegue la sensación de peligro. Uno puede ver cómo la traviesa volando por los aires podría haber terminado mal con mucha facilidad.

Los momentos que no están sobre raíles en general son poco interesantes narrativamente; y cómicamente tampoco contienen nada memorable. En general la historia que se desarrolla no es muy fascinante. Cuestionamiento de la hombría de Buster Keaton por no ser admitido en el ejército confederado. La única escena que sí me pareció genuinamente divertida es aquella en la que está en la fila para alistarse.

Incluso diría que no es demasiado interesante la batalla que tienen ambos ejércitos una vez que la locomotora unionista ha caído al río. Es cómica por la comedia física de Keaton con su espada. Pero puede resultar casi repetitiva. Es cierto que cuando el soldado enemigo muere al perder Keaton su espada por enésima vez es divertido como colofón a esta serie de gags consecutivos.

Los rostros de Keaton son una maravilla, no descubro nada. El chiste en el que desvía un vagón, deja de mirar a la vía y se lo vuelve a encontrar delante de él está ejecutado a la perfección. Además vemos su rostro enmarcado en la ventana de la locomotora, como subrayando ese gesto.

No me gustan demasiado los chistes misóginos. Lo digo porque el personaje femenino que se dibuja es tan tonto, que resulta difícil de creer. Keaton es un bufón y a él le pega todo. Pero cada vez que ella se equivoca manejando la locomotora él la mira con condescendencia…


viernes, 25 de agosto de 2023

HÄXAN. LA BRUJERÍA A TRAVÉS DE LOS TIEMPOS

Dir.: Benjamin Christensen
1922
105 min.

Maravillosa. Es imposible no pensar en esta película sin que las imágenes de los demonios eclipsen todas las demás. Son unas imágenes efectivas, imaginativas. Con una falta total de incontinencia. Todos los demonios son soeces con total osadía. Esa imagen del diablo con la típica lengua fuera y gesto masturbatorio es una perfecta traducción a la pantalla de la clase de imágenes luciferinas propias del medievo que todos tenemos en el imaginario.

Todas estas imágenes son todo lo que yo le puedo pedir al cine. Esas brujas volando sobre un pueblo… Ese plano es todo un prodigio. El pueblo es una maqueta y las brujas son siluetas que poco casan con la perspectiva que vemos del entorno. Pero es un plano tan maravilloso. Hay tantas siluetas moviéndose. La cámara parece realmente volar… Es maravilloso. Esta secuencia termina con las siluetas negras de una mujer de espaldas desnuda, un búho y un cuervo, las tres sobre la rama de un árbol. Es una imagen de las brujas que permite la mirada erotizante y la mirada empoderante.

El demonio visitando a la casta esposa en mitad de la noche para inducirla a la lujuria es una escena directamente maravillosa. Ese cuerpo del diablo seboso, esa lengua inquieta. Esa forma de golpear la ventana de una forma artificial. Esa forma de aparecerse al lado de la cama. Las actuaciones de los diablos suelen ser tremendamente nerviosas. Marcando los tendones en sus movimientos. Uñas largas. Cuando los demonios dejan de ser actores con maquillaje y pasan a ser actores con disfraz, el efecto de extrañeza aumenta. Quizás cuando más raro se vuelve todo es cuando un diablo con un disfraz muy poco disimulado se dispone a que una fila de brujas le besen el trasero. Entre que no nos podemos creer la ficción que ahí hay montada y que la escena es obscenamente explícita el asombro es mayúsculo.

A nivel de lenguaje llama poderosamente la atención el primer capítulo, el más didáctico de ellos. Ahí se nos presentan una serie de grabados obviamente anacrónicos en los que se nos pretende explicar cómo se veían a las brujas en el medievo. Lo maravilloso es que, a medida que los intertítulos van narrando lo que vemos, un puntero señala lo que sea necesario. Me parece precioso. En este sentido es genial cómo la película toma distancia con los hechos ficcionados. María la Costurera es la bruja a la que más tiempo seguimos en pantalla. Algunos minutos después de que ya haya acabado su trama el documental se pone a hablar de esta actriz y de sus creencias supersticiosas.

Otro momento en el que el documental se mueve en un nivel superior a aquello que está narrando es cuando está relatando los testimonios de mujeres que dicen haber hecho pactos con el diablo. Una de ellas asegura que entra a una iglesia convertida en gato mientras otros dos animales hacen de centinelas en la puerta. El propio documental dice que no da crédito a esta historia. Por lo tanto las imágenes que vemos son ridículas. Son disfraces muy mal hechos, toda una astracanada. Esto es la primera vez que se hace; toda la imaginería satánica que habíamos visto estaba genialmente recreada.

En este sentido también me gusta mucho cuando están mostrando instrumentos de tortura con los que se buscaba la confesión de las brujas. Uno de ellos es un tornillo que aprieta los dedos. Durante esta exposición hemos visto a distintas personas ponerse los instrumentos de tortura y a un actor simulando lo que el verdugo debía ejecutar para infligir daño a la víctima. Cuando llegamos al tornillo del dedo los carteles dicen como descargo al director que la propia actriz insistió en probarlo. Vemos un breve plano de ella poniendo una ligera mueca de dolor y la siguiente cartela es un chiste en el que dice: no se imaginan las confesiones que saqué de ella. Pero hasta ese momento el capítulo llevaba un tono muy expositivo.

La actriz que hace de María la Costurera consigue una imagen única. Es cierto que está muy ayudada por un tipo de cine que hace mucho hincapié en los rostros. La actuación de ella cuando está confesando tras recibir la tortura es brutal. Asimismo la escena previa a su prendimiento en la que come una sopa oscura sin ningún tipo de modales, con esta tendencia que tiene el cine mudo de distorsionar el tiempo. Es una sopa que parece no acabarse nunca. Mientras se come ese cuenco da tiempo a que se reúna toda la familia, que una salga corriendo de casa, que llegue a un convento y pida a los monjes que la ayuden a capturarla. Es imposible que esa vieja pase tanto tiempo comiendo. Y, de hecho, la actriz no come nada. Solo se lleva a la boca el líquido una y otra vez para asegurarse de que su rostro no se limpie nunca.

Me gusta mucho en los primerísimos planos en los que se busca reflejar el más mínimo detalle de los rostros de los actores la cantidad de maquillaje que llevan. Es una delicia ver esos rostros preparados para que resalten las artificiales e inmóviles lágrimas.


viernes, 18 de agosto de 2023

SIMÓN DEL DESIERTO

Dir.: Luis Buñuel
1965
43 min.

Sátira religiosa en la que las virtudes que pueda tener un tipo meditabundo se van yendo de madre volviéndose ridículas y finalmente haciéndole perder la cabeza. Es curioso que no carga contra la religión en su conjunto: el tipo efectivamente obra milagros. De lo que se ríe es de la clase de sacrificios que hace. La crítica final viene a cuestionar lo que un tipo que vive alejado del mundo sabrá del mundo para estar promulgando reglas de conducta. Una crítica que tiene un fácil reflejo en ciertos miembros eclesiales. En la escena con el endemoniado las hordas de creyentes gritan vituperios a favor de todo aquello contra lo que el tipo con espuma en la boca blasfema. En ese vaivén de exclamaciones, ¡Muera la apocatástasis! ¡Viva! dos hombres de Dios comentan por lo bajo ¿Qué es eso de la apocatástasis? Recibiendo una cara de desconcierto generoso.

Hay un elemento que me ha resultado muy curioso: los constantes cambios en la edad de Simón. La piel se arruga y se tersa cada poco, lo mismo ocurre con las canas… Hablando de cambios de edad, el diablo (por supuesto encarnado en una mujer) al presentarse eróticamente ante él, cuando consigue rechazar la tentación, se convierte en una decrépita mujer mayor que se aleja corriendo desnuda. Sin buscar ese impacto, es un recurso parecido a la escena del baño de “El resplandor”.

Me ha llamado mucho la atención cómo en muchos actores se escuchaba la cadencia típica del cine español de la época, pero con el seseo hispanoamericano. Los dos únicos personajes que tienen un acento que yo reconozco como mexicano son el enano pastor y el propio Simón. El hecho de que haya un enano me hace recordar “El Topo (1970)” de Jodorowsky. Él protagoniza un momento bastante incómodo. Cuando un joven monje se acerca saltando a la columna de Simón, éste alaba la cabra con la que está en ese momento y señala sus prominentes ubres. Lo cual escandaliza al monje.

Acercándonos al final, en el que la demencia de Simón ya es evidente empiezan a ocurrir cosas que me gustan mucho. El principio del fin ocurre cuando por algún pecado que no recuerdo decide mantenerse en la columna a la pata coja. Que esa es otra: está todo el día pidiendo perdón por sus pecados, pero poco se puede pecar en lo alto de esa columna. El momento que me parece casi mágico es en el que encuentra un insecto en su columna. Él, contento, la bendice y la lanza de vuelta al suelo. En su locura encuentra esto un gran entretenimiento y empieza a decir: a ver si encuentro más cosas que bendecir.

El diálogo en el que queda patente la desconexión absoluta con el mundo real es aquel en el que alguien le cuenta que dos personas han discutido por quién era el dueño de algo y Simón no logra entender que eso sea posible. Cuando su interlocutor le dice Esta es tu bolsa. Imagina que yo digo que es mía. Simón contesta: Bueno, pues quédatela. Asumiendo que la única opción. El diablo para hacerle ver el mundo real, el mundo del pecado le lleva a un bar con música estadounidense. Visto hoy en día, baile sin apenas contacto físico, los chicos con traje y la música sin letras obscenas, casi parece una fiesta de alguna juventud católica.


viernes, 11 de agosto de 2023

TREN DE SOMBRAS

Dir.: José Luis Guerín
1997
88 min.

Es fascinante. La premisa que se nos explica en los carteles iniciales es extrañísima. Desde el principio estamos desubicados con una recreación tremendamente verosímil, pero a la vez con un montaje que no cuadra ni con la época de las grabaciones ni con el formato de vídeo casero.

Hay tres actos muy diferenciados, con planeamientos muy radicales. El más narrativo es el que resulta más atractivo visualmente. Juega con el cuadro casi como lo hace Don Hertzfeldt en “It’s such a beautiful day (2012)”. Utiliza los desperfectos de la película para conseguir centrar la atención en un personaje. La primera vez que hemos visto unas imágenes nos parecían todo lo frío que en ocasiones transmite ese cine incipiente en el que la cámara no parece saber implicarse en lo que está mostrando. Es de una habilidad tremenda cómo se estropea todo el cuadro salvo el rostro de una mujer. Esto hace la imagen algo abstracta, rodea de misterio ese rostro.

Por supuesto lo que hace avanzar la acción es el sonido de las bobinas de película. En este sentido lo que vemos recuerda mucho a “La conversación (1974)”. Funciona a la perfección y lo cierto es que es una forma de narrar extrañísima, algo único. Lo que se está narrando realmente es lo que piensa el montador. A quien nunca vemos. Es quien está produciendo las imágenes que vemos. Si la propuesta llamativa de la película es esa fusión de realidad y ficción como en “Play (2019)”, lo que se hace con este juego de planos de realidad es infinitamente más revolucionario.

El primer acto creo que es el que menos estímulos propone. Como digo tiene algunas cosas que despiertan nuestro escepticismo acerca del año en el que las imágenes fueron tomadas, pero en general está preparando todo para asombrarnos en el último acto. Aunque no se muestren las cosas con el aura de misterio que se construirá en el tercer acto, la distancia con la que vemos todo hace que algunas imágenes resulten mucho más extrañas de lo que realmente son. En particular estoy pensando en un baile alrededor de una mesa en el que algunos de los ahí presentes llevan máscaras. Cuando miran a cámara con esas máscaras es una sensación inexplicablemente perturbadora, la escena es festiva, no parece haberse propuesto nada para no estar cómodos viendo aquello.

De este primer acto me gusta mucho el plano de las corbatas bailarinas. Un plano que es muy adecuado porque esta es la clase de trucajes que estamos hartos de ver en Segundo de Chomón y demás padres del cine.

Hablemos de la parte más etérea. Un ejercicio narrativo brutal. La casa se ha envejecido casi un siglo. Permanecen las fotos de los personajes que hemos visto. La luz hace mil maravillas. Cae la noche. De alguna manera se consigue que se nos hagan familiares algunos planos que no parecen tener nada de memorable. Puede resultar aburrida, pero es imposible que a uno se le escape que ahí se está construyendo algo. Es casi una historia de fantasmas. Muchas veces me he preguntado si la narrativa está inexorablemente ligada a los personajes, este segmento radicalmente pone en duda esta ley.


viernes, 4 de agosto de 2023

OPPENHEIMER

Dir.: Christopher Nolan
2023
180 min.

Poca historia. Muchos actores que no interpretan, que sólo encarnan nombres famosos por motivos documentalistas. Conflictos sobrevenidos. Diálogos estereotipados. Antagonista irrelevante. Una explosión atómica que sólo puede apabullar en las pantallas con un tamaño de varias hectáreas. Entiendo que si todo el campo visual del espectador está ocupado por llamaradas, sea impactante; pero en una sala de cine normal queda muy descafeinada. Estéticamente la supera la explosión de Lynch en la tercera temporada de “Twin Peaks” y es mucho menos ominosa que el incendio de “Apocalypse now”.

Nolan ha conseguido fraguarse un estilo en el que se disimule totalmente su torpeza narrativa. Al no apagar nunca la música las escenas pasan ante nosotros sin que parezca que hemos llegado realmente a alguna parte. Nunca sabemos si será una escena larga o estamos ahí de pasada. De esta forma es capaz de meternos escenas de duraciones arbitrarias, en las que no se construye nada narrativo y en las solamente se dispensa la información que Nolan necesita. Además con ese juego de prolepsis y analepsis suspende la linealidad de la narración de manera ficticia. Así se permite retomar y adelantar escenas para repetirnos la información que él necesite en cada momento.

Bastante sangrante es el caso en el que un tribunal (que pone en duda que el pasado comunista de Oppenheimer le permita pertenecer a la Comisión de Energía Atómica) pregunta a su antiguo jefe si, con el vigente reglamento de McCarthy volvería a contratar a Oppenheimer. Todos sabemos lo desquiciado que fue el macartismo, evidentemente Oppenheimer estaría desterrado. No hay misterio en esta respuesta. Nolan decide que es el rey del misterio y detiene en este punto la escena. Esta escena no está inserta en la narrativa principal. No va a articular una analepsis a partir de este punto determinante. Es sólo una pregunta más de un eterno cuestionario y Nolan nos hace esperar alrededor de una hora para que diga que no, que no le contrataría.

El hecho de que haya rivalizado en taquilla contra “Barbie” hace que haya cosas que nos saltan a la cara. Es una coincidencia, pero es gracioso que a Oppenheimer le guste pasearse a caballo por sus dominios de Nuevo México. Lo que es totalmente bochornoso es la primera relación sexual que tiene con su amiga del partido comunista. Ella botando sobre Oppenheimer mientras sujeta un libro escrito en sánscrito en el que Oppenheimer lee soy el destructor de mundos es un ridículo que no puedo soportar. Sería criticable también el papel de absolutos complementos que las dos mujeres de la película tienen con respecto al protagonista, pero siendo honestos esto les ocurre a todos los personajes.

Le ocurre incluso a Einstein. Hay una escena a la que la película vuelve una y otra vez. Una conversación a la orilla de un estanque. Se supone que este momento es crucial para el antagonista porque él considera que Oppenheimer conspiró contra él y puso a Einstein en su contra. Lo cual demuestra un ego impresionante por parte del personaje de Robert Downey Jr. Lo que me molesta es que nunca nos importa lo más mínimo lo que le ocurra a este tipo. Se supone que el descrédito al que será sometido por parte de Rami Malek debería ser una justicia histórica para Oppenheimer, pero realmente no cambia gran cosa…

¡Pero elogiemos esta actuación! No es que sea un gran personaje el de Robert Downey Jr., pero sí sorprende verle en este registro. Es la primera vez que le veo hacer un personaje algo diferente. Del mismo modo, la actuación de Cillian Murphy es muy agradable de ver. Digamos que la actitud de observador que en general mantiene su personaje hace que no tenga que defenderlo en actuaciones demasiado críticas. Me parece que los cambios de edad quedan muy convincentes en ambos actores. Lo que peor resultado tiene es la última imagen de Oppenheimer recibiendo homenajes siendo ya viejo.

La primera parte más primera, en la que Oppenheimer es un genio de la física, me aburre porque está llena de clichés científicos. Es terrible ver ese tópico en el que el científico explica a sus colegas científicos cosas que ya saben. Es aberrante oír a físicos hablando en unidades anglosajonas. A pesar de todo, la expectación por ver la explosión me mantiene interesado.

Todo el metraje tras la detonación me aburre tremendamente. Creo que el único momento salvable es aquel en el que no es capaz de explicarnos por qué está en contra de la bomba de hidrógeno. De hecho es el único momento que justifica el calificativo de egocéntrico que tanto hemos oído hasta esta declaración. Según se nos dice Oppenheimer está contento con que la bomba lleve su nombre y no quiere que el poder armamentístico de Estados Unidos lo abandere el inventor de una nueva bomba. Pero por lo que sabemos no está del todo cómodo con ser una personalidad pública.

Me gusta la idea de que el ejército seleccione a Oppenheimer no a pesar de sino a causa de su dudosa reputación. Siendo alguien cuya carrera pueden arruinar sin esfuerzo se aseguran de que trabaje dócilmente para ellos.